CHICHAROS CON JAMON

























Desde la casa de mi abuela a la playa había que cruzar la vía del tren (la cochinita como solíamos llamarle), pasar estrechas calles de casitas pequeñas de marineros, sortear las jábegas y redes de la orilla para llegar al rebalaje.

A pesar de la distancia y del sonido de las hojas de los árboles, centenarios eucaliptos moviéndose con el viento de las tardes otoñales, que crecían majestuosos paralelos al tren y que nos regalaban su sombra en los calurosos dias de verano, se escuchabaa el romper de las olas y en la calle olía a mar.

La casa de mis abuelos no era muy grande, una humilde casa de pescadores, en una sola planta, pulcramente encalada, tarea que hacía mi madre cada año con una escobilla sujeta a una caña, hirviendo previamente la cal dentro de la casa ya que decían los antiguos que desinfectaba, de techos de teja por fuera y dentro con vigas de madera y cañas encaladas, los suelos de un terrazo rojo que se abrillantaba con el aceite de haber frito pescado y el patio empedrado blanco reluciente, lleno de macetas, donde primaban los geranios y claveles.
Orientada al Sur, dando el sol en la fachada, mi abuelo sentado en la puerta, buscando el calor de sus rayos, en una silla de nea blanca, quizás añorando poder faenar, sacar su barca a la mar y tirar del copo, callado, sonriente siempre, pausadamente remendaba redes; a escasos metros, en la calle sin pavimentar, de tierra rojiza que mi abuela cada día baldeaba y barría, mi hermano con un vaso de agua jabonosa hecha con jabón verde en una mano y una caña en la otra, llevándosela a la boca hacía pompas.

En el interior mi madre cosiendo con aquel arte que tenía para la costura, las chaquetas o pantalones, encargos que le hacían a mi abuela que era costurera y pantalonera, así le ayudaba cada tarde y yo embelesada, sentada delante de mi abuela, viéndola y ayudándola a desgranar los chicharos que mantenía en su regazo, en su delantal y sin dejar de mirar a mi madre que me miraba con cariño, sin parar de sonreir y canturrear.

De fondo la musicalidad del mar al compás de los eucaliptos, era en El Palo, barriada malagueña de pescadores, principio años 60.

¿A quien no le trae recuerdos desgranar chicharos? Así es como me gusta llamar los malagueños a los guisantes, tambien llamados alverja, arveja, arjeva y su nombre cientifico: Pisum sativum.

Gracias a los avances de la humanidad, los podemos tener todo el año bien enlatados o congelados, pero no tienen punto de comparación con los naturales, en cuanto al color verde brillante, su textura tierna, la dulzura natural y ante todo el sabor, ése sabor que invita comerlo inclusive crudo.

Ya llegaron los primeros guisantes a "Mi cocina", es tiempo de chicharos en Málaga, habas y chicharos frescos que podemos encontrar en nuestros mercados y que nos invitan a recordar y saborear los verdaderos sabores de antaño.
Como en ésta ocasión, acompañados de cebollita fresca, dulce y jamón......todo un manjar.

¿Como los hice?

En una sartén echar un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra y pochar a fuego lento una cebolla fresca, pequeñita, salándola previamente sin que se llegue a quemar.
En ése punto agregar los chicharos y un chorreoncito de vino blanco (usé fino amontillado cordobés) y la misma cantidad de agua.
Llevar a ebullición y dejar cocer unos cinco minutos, dejando reducir el liquido.
Picar jamón serrano, remover y listo para servir.

Y con un plato que me recuerda tantisimo a mi abuela, algo que me recuerda a mi abuelo (su vida de marinero, tirando del copo es las playas de la barriada marinera de El Palo, donde yo nací):
El cuadro La Moraga de Horacio Lengo, el original se encuentra en el Museo Municipal malagueño, una copia hecha por mi suegro está en mi casa. Detalle de los hombres tirando del copo, al fondo Málaga, nuestra querida Farola y las chimeneas de la Málaga industrial del siglo XIX.

11 comentarios

  1. Ayyyyyy... en mi casa también llamábamos chicharos a los guisantes... ummm que añoranza!!!
    Yo lo hago muy similar, pero con chorizo... es que "zomo muuu pobre" jajjaja
    Saluditossssssssss

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  2. Me encantan los guisantes así preparados, una entrada muy bonita y el cuadro precioso
    besos
    http://mipasioncocinar.blogspot.com/

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  3. Ay Carmen Rosa...mi abuela paterna tambien era costurera y pantalonera, que casualidad. Sólo que nosotros no teníamos el mar como paisaje, montañas, eso si.
    Los chicharos como los llamais vosotros así con jamoncito, que ricosssssssssssss.
    El cuadro tambien me ha gustado y mucho.
    Besazos

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  4. Una entrada preciosa y bien documentada y los chicharos ( que he tenido que ver que son), me encantan y con jamón más.

    Felices Fiestas,

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  5. En mi tierra tambien le decimos chicharos, y unos alcahuciles con chicharos y habas es de las cosas mas exquisitas que pueden comerse, como retratas a tu tierra, me vi paseando por el palo a orillas de la playa, un besito

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  6. Carmen Rosa, hace tiempo que no te dejo ningun comentario, pero ando con el timpo pegado al cucu, me estoy encargando desde hace 3 meses de dos empresas familiares y no me da tiempo ni para respirar, lo único que te puedo decir es que como siempre estoy copiando tús ideas. No me he perdido ningúna receta. Perdona por no dejar comentarios pero todo lo que tú haces se merece un 10!
    Besos

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  7. Joooo Carmen si habré desgranado arverjas en Argentina con mi bisabuela...pero muuuchas,cuantos recuerdos...que ricas son frescas...me gusta tu historia,tengo muchos recuerdos de mi infancia y son tambien muy lindos.

    Un beso

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  8. Hacía tiempo que no escuchaba la palabra chícharos pero a mi me encanta y con jamón aun mas

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  9. ¿Escribe Vd.? He leído literatos con menos arte para describir.

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  10. que maravilla, me encanta leerte, no conocia la palabra chícharos, la palabra en valenciano no se puede reproducir aqui, porque se escribe pessols, pero se pronuncia con el sonido de la s muy especial.
    Me encantan los guisantes, y me encanta leerte :)

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  11. un plato realmente sabroso y tentador,es una delicia,me encantan las arvejas nuevas,abrazos y abrazos.

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