MEDALLONES DE RAPE A LA MALAGUEÑA

No hay un solo día de mi vida que no mire el mar, que no piense en él, que pasee a su lado, que coma sus productos, que acaricie alguna concha, caracola de las múltiples que adornan mi casa.
Hace muchos años mi amiga Ana de Madrid (como la llamamos aún hoy en día), venía a compartir su mes de vacaciones con nosotros, año tras año, ella se asombraba cuando yo mirando la mar, le decía:

Hoy hay marejales está pegando fuerte el levante...hoy está de “magón” hay que tener cuidado que hay resaca..........hoy está fría con ganas está de “terrá” nada más hay que ver el color.......hoy está de poniente.........hay calma de levante pero está saltando el poniente mira a lo lejos se ven los “pañuelitos” blancos en una hora nos llega el poniente fuerte a la orilla........hoy está el agua calentita hay calma de levante.....está de “taró”........hoy podemos bucear después de varios días de poniente en calma el mar está transparente.... hoy está “tapailla” pero no está fría.......en fin, la mar nos habla, nos transmite sus sensaciones, su estado de ánimo y nos invita a disfrutar de ella o nos avisa de su “mal humor”.

Muchas veces, sentada en la orilla escuchando las olas, llamo a Ana por teléfono y le pongo ésa musicalidad de las olas, cosa que ella agradece y añora.

Parezco un viejo marinero, pero es el argot marengo que escuchaba desde pequeñita y que mi marido me ha ido enseñando día a día, ya que él al igual que yo, es un enamorado del mar; esos términos lo usamos cada vez que miramos al horizonte azul malagueño.

Quizás por ello, viendo el mar, sabemos cuando hay que ir, o no ir, a comprar pescado, ése pescado que siempre ha formado parte de la gastronomía malagueña, de mi familia materna, que hicieron a través de los años del arte de la pesca su oficio y su sustento; ellos me inculcaron el conocer el pescado de nuestra Bahía, mi marido a conocer los peces (un pez es cuando está vivo, un pescado cuando ya está muerto), mi marido a pescar y a bucear, a disfrutar de la mar cada segundo con toda intensidad, siempre en su compañía, de su mano.

El sabe que es un regalo para mi pasear por los puestos de pescado tanto del Mercado de Huelin (los martes o jueves) como del Atarazanas (los Sábados), referentes malagueños en la venta de productos del mar, donde no sólo encontramos el pescado de la bahía.
Uno de los más apreciados para mi es el rape, un pescado fino y delicado, delicioso, de carne blanca y prieta, sin espina, el rape mediterráneo, de nuestra costa; 
con él suelo hacer lo siguiente: con la cabeza huesuda y cartilaginosa una cazuela de papas con almendra, la carne posterior a la cabeza de lado y lado en trozos pequeños para freir en adobo, con la cola medallones para freirlas, el higado frito en aceite de oliva untado en el pan es todo un manjar...... 

En ésta ocasión presento unas rodajas fritas a la malagueña, con salsa de almendras, quizás la salsa más malagueña y una de las que más uso en “Mi cocina” siguiendo la tradición de mis mayores, de mi madre, de la gente de la mar, marengos, malagueños....
¿CÓMO LO HICE?

INGREDIENTES:

La cola de un rape mediano cortada en medallones (éste proceso lo puede hacer el pescadero de confianza, como es mi caso), 
100 grms. de gambas blancas de Málaga, dos hojas de laurel, 20 almendras tipo marconas (con su piel siguiendo la tradición malagueña), cuatro dientes de ajos, una rebanada de pan, aceite de oliva virgen extra, unas hebras de azafrán (en su defecto colorante alimentario), sal, diez granos de pimienta negra, un vaso de vino blanco (fino amontillado), caldo de cocción de las gambas o en su defecto caldo realizado con la cabeza del rape o de pescado), aceite de oliva virgen extra.

LOS PASOS A SEGUIR:

Pelar las gambas, reservar la carne.

En una cacerolita echar el agua, salar y cocer la piel junto con las cabezas.  Una vez cocinas y espumereado el caldo, colar y reservar, desechando lógicamente pieles y cabezas. 
En una sartén echar un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra  y freir quince o veinte almendras (con su piel), tres dientes de ajo procurando que no se lleguen a quemar, sacarlos y reservarlos.

En el mismo aceite freir una rebanada de pan cateto (pan de pueblo, aunque puede servir cualquier otro); cuando esté doradito, sacarlo de la sartén.


En el vaso de la batidora incorporar las almendras, los ajos, el pan frito un vaso de vino blanco (aconsejo un fino amontillado) y el fumé de las gambas, el azafrán o colorante alimentario y hacer una pasta lo más fina posible de forma que quede lo más fino posible.
En una cacerola poner el caldo de la cocción de las pieles y cabezas de las gambas, dos vasos grandes aproximadamente. Añadir cuatro o cinco granos de pimienta negra, dos hojas de laurel, salar al gusto, azafrán (en su defecto colorante alimentario), incorporar la salsa de almendras y llevar a ebullición a fuego lento.
En ése momento, cuando comience a hervir hay que remover, ya que tiende a salirse del recipiente, así durante cuatro o cinco minutos, pasado éste tiempo ya no hay peligro y se puede dejar cocer tranquilamente durante diez o quince minutos.  Si comprueban que está demasiado espesa echar un poco de caldo, hasta obtener la consistencia deseada.

Mientras salar los medallones de rape al gusto, enharinar y pasarlos por el cedazo (artilugio de madera generalmente con un colador metálico muy fino) a fin de que suelte la harina sobrante.
Freir en abundante aceite de oliva muy caliente, escurrirlos sobre papel de cocina y reservar.
Una vez fritos los trozos de rape, incorporarlos a la cacerola junto con las gambas.   Dejar cocer unos minutos y apartar del fuego.
Suelo acompañar ésta receta con arroz blanco (arroz cocido) con langostinos ligeramente salteados en aceite de oliva, o bien patatas fritas.

A la hora de emplatar, colocar el rape y salsear por encima.


¡¡ Buen provecho !! 
Para un plato tan malagueño, una imagen muy entrañable de mi ciudad y que casi pasa desapercibida: La fuente de Reding.

Era parada obligada de las personas que montadas en burro, transportaban su mercancía desde la barriada donde nací, El Palo, hasta el centro de la ciudad.

El cuadro lo pintó mi suegro hace muy poco tiempo, una copa del original que se encuentra en el Museo Carmen Thyssen Bornemisza de Málaga. Otra maravilla más para visitar en la capital de la Costa del Sol.

Mientras se deciden visitar Málaga, pueden hacer éste RAPE A LA MALAGUEÑA, disfrutarán de nuestra cultura gastronómica 

13 comentarios

  1. Una receta para copiar.

    Como me gusta leer lo que cuentas del mar, yo nunca me canso de mirarlo.

    Besitos.

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  2. Carmen Rosa, qué bien describes la mar, nuestra mar de Málaga... tan acostumbrados estamos que cuando viene alguien con el ánimo revuelto, decimos que "trae agua de Levante".
    Y la receta... como todas las tuyas, de oreja y vuelta al ruedo :)
    Por cierto, mi pescadera de cabecera, está en el mercado de Huelin donde compro siempre.
    Besitos, guapa.

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  3. Yo no se que haría si no pudiera ver esa rayita azul que veo desde la terraza de casa todos los días...
    Una salsita estupenda para el pescado, tomo nota de ella. Yo hago una de frutos secos para el conejo que le queda muy bien también.
    Un abrazo grande.

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  4. me encanta esta salsita... me gusta el punto que le dais a tantas cosas con las almendras!!!

    un besote

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  5. El pez más feo del mundo y posiblemente el que más gusta a todo el mundo.
    Lo has preparado de una manera excelente, pero es que viniendo de ti, no podía ser de otra manera.
    Un abrazo
    Jorge.

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  6. Al igual que tú, yo disfruto del mar todos los días al tenerlo tan cerquita de mi. Y si,claro que es una maravilla contemplarlo. A mi cuando más me gusta, es en días de temporal, de esos días que aconsejan incluso no salir de casa. Pues nada, yo tengo que acercarme aunque solo sea un ratín, para ver lo "cabreado" que anda, como se bate contra las rocas de los alcantilados y como llega furioso a la orilla de la playa. ¿A que soy rarita? jajajaja. Porque lo más lógico es ir cuando está en calma, y pasear tranquilamente por la orilla...pero no, yo soy asi hija mia.
    El rape divino, por supuesto, como dice Jorge, el pez más feo delmundo mundial y en cambio el que suele gustarle a todo el mundo, incluso a los peques por no tener espinas.
    Me gusta como lo has preparado, con esa salsa de almendras tiene que estar muy sabroso Carmen.

    Biquiños preciosa

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  7. Que buenos medallones y con esa salsa tienen que estar de rechupete

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  8. He llegado a tu blog por casualidad. Mi nombre es Pepa, soy de Málaga y mi marido paleño. Me ha encantado poder acercarme a tu blog porque disfruto no solo comiendo bien sino soñando con buenas recetas. Yo copié todas las recetas de mi madre y de mi abuela y estoy orgullosa de poder realizarlas. Yo también tengo un blog sobre mi abuelo y mi bisabuelo, ambos escritores de Málaga. Si alguna vez lo quieres visitar su nombre es archivoreyes. blogspot.com.

    Saludos, encantada de conocerte y hasta pronto. Pepa.

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  9. que maravilla!!! como me gusta el rape, y lo has preparado de cine, ten por seguro que hago tu receta :)

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  10. Yo soy de costa y también me gusta mucho el mar, es más cuando me meto tierra adentro me da angustia y mi marido siempre se ríe de mí, pero yo le digo que si no veo mar me entra como angustia, vaya rara que soy :-)
    El rape es un pescado con una carne exquisita, así como lo has preparado tú está de muerte.
    Un besín.

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  11. Pues yo que soy de costa y vivo tierra adentro es lo que más echo de menos. La receta es estupenda, las salsas de almendra me encantan.
    besos

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  12. Cómo te entiendo Carmen Rosa,yo veo nuestro mar paleño desde mi balcón todos los dias y le digo muchas veces a mi marido: hoy hay levante ¿no?levantichó me dice él.El rape así tiene que estar buenísimo.Un saludo Carmen Rosa ah soy Olimpia.

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  13. Lo he conseguido!! ya puedo escribir comentarios por aquí jeje.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.