FILETES DE TERNERA EN SALSA DE PUERROS Y ZANAHORIAS





























El crepúsculo le daba un aura especial, casi fantasmagórica, mirar hacia arriba y contemplar los majestuosos y tristes arcos, me hicieron pensar que las frías y grises piedras me hablaban a través del viento que al mismo tiempo la acariciaban dándoles consuelo. 
Piedras que lloran por la tristeza del olvido de quienes día tras día pasan a su lado sin reconocer su mérito, su historia, una historia frustada, que naufragó en el profundo mar de las penurias económicas, o quizás por la presión, por el poder de la alta burguesía malagueña que habían convertido, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, la zona en su lugar de recreo y segunda residencia: Churriana llegó a ser el pueblo de moda entre la burguesía malagueña; Los Larios, Heredias, Lorings, etc hicieron de la rica Vega del Guadalhorce sus fantásticas fincas de recreo, quedando de ésta época numerosos vestigios arquitectónicos en la zona y maravillosos jardines tropicales.

Debido a las cercanías del mar, del rio y de la montaña, posee un microclima especial, siendo Churriana, un lugar privilegiado de la capital malagueña cuya historia se remonta al siglo VIII antes de Cristo.

Los fenicios la llamaban Siryana, los romanos se asentaron en ella, en el manantial de la Fuente del Rey y quienes primero canalizaron el manantial. De este momento histórico existen dos vestigios importantes: la Urania (preciosa escultura femenina) ha estado en el antiguo Museo Longiriano que se enclavaba en el Jardín Histórico de La Concepción, y el Vaso Canopo.

Pasé y acaricié con mi mirada Los Arcos de Zapata, esos restos de lo que fue el Acueducto de la Fuente del Rey, que se construyó para que pudiera llegar agua hasta el centro malagueño y que nunca llegó a concluirse; bajo algunos de los arcos del acueducto muchas viviendas los han “invadido” encontraron cobijo, usando sus muros, sus piedras, su historia, el puente ha perdido buena parte de su estructura, ha sido despojado de sus sillares, la naturaleza intenta arropar sus muros haciendo que la vegetación la abrace, le de color.

Desde 1733 quedó paralizado, abandonado, las aguas no corrieron por sus 57 arcos, quedan sólo ocho arcos del puente, cinco pequeños y tres grandes, en la barriada de Zapata a escasos metros del aeropuerto malagueño.

El monumento sigue sufriendo, las grises piedras siguen llorando, aguantando la presión junto con sus arcos a las estructuras blancas de las casas, dejando éstas dos únicos arcos como lugar de paso al núcleo de Zapata, pero a pesar del tiempo y de los avatares aún se levanta orgulloso, aún sueña con la musicalidad que le daría las aguas fluyendo por sus piedras llevando agua desde Churriana hasta el centro malagueño y que soñando que no lo olviden, que no queden sus ruinas en el baúl de los recuerdos.

Al cruzar sus arcos y a pesar de la oscuridad de la noche, una hermosa y frondosa alameda de arboles perfectamente alineados nos saludaron y acompañaron hasta llegar a casa de nuestros amigos Paco y Juanita quienes nos invitaron a cenar.
Su coqueta vivienda está engalanada por multitud de macetas llenas de flores, su patio todo un vergel cuajado de geranios y gitanillas, llenando de color y alegría su casa.
Dicen que es de bien nacidos, ser agradecidos y con ésta entrada quiero agradecerles la estupenda cena, los momentos compartidos y el bonito regalo de un preciado y mimado bonsái, uno de los muchos que llenan su nueva vivienda en El Peñón de Zapata, a la sombra de un monumento que no debe estar triste, porque hay malagueños que al cruzarlo, le acariciamos y le recordamos.

He elegido éste plato, que es muy parecido al que mi amiga nos preparó.

¿Cómo lo hice?

Ante todo he de reconocer que el mérito de la receta en sí, fue la carne, de lo más tierno y exquisito que hemos consumido en cuanto a filetes de ternera se refiere, últimamente.
La compré en el mercado de Atarazanas, el mercado central malagueño, en mi carnicería de confianza y a la que acudo cada vez que compro allí.
Unos filetes tiernos como el agua, casi más tiernos y jugosos que el solomillo de ternera, con un corte profesional, perfecto.
En una cacerola poner aceite de oliva virgen extra y cubrir el fondo.
Picar en trozos pequeños dos puerros (la parte blanca solamente) y media cebolla dulce y dos zanahorias.
Pochar la verdura a fuego lento durante unos cinco o seis minutos, antes de que lleguen a dorar, poner los filetes encima de la verdura y salpimentar al gusto.
Freir unos minutos y agregar medio vaso de vino blanco (usé un fino de Montilla-Moriles) y un vaso de caldo del puchero (en su defecto pueden poner cualquier caldo de carne).
Dejar cocer unos quince o veinte minutos, hasta conseguir reducir el liquido al gusto.
Sacar los filetes y pasar la salsa por la minipimer.
Volver a poner la carne y la salsa en la cacerolita, darle un hervor y listo para consumir.
Acompañar con patatas fritas o en puré.

¡¡ Buen provecho y disfruten de Málaga, disfruten de una de las mejores, más bonitas zonas de mi ciudad, Churriana, un lugar con mucha, mucha historia !!

11 comentarios

  1. The sauce sounds especially great!

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  2. Qué buena esa cena con amigos, preciosa descripción de Churriana que no conozco pero que ha sido tan bien descrito que incluso me ha parecido verlo.
    Un beso y muchas gracias por esta deliciosa receta

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  3. hola Carmen Rosa, vengo a agradecerte tu comentario y a deleitarme leyéndote,y viendo ese plato tan rico.
    Estos días de ausencia he echado de menos mucho esto, un besazo y gracias de nuevo.

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  4. Como siempre tu relato de 10 y la receta perfecta. como lo eres tu.


    Besitossssss

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  5. Hola, acabo de entrar por casualidad en tu blog y me encanta, esta super bien, eres toda una experta, yo recien comienzo, espero con el tiempo ir mejorando, desde hoy seguire tu estupendo blog.
    Un bikiño

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  6. Sin duda la calidad de la carne y de los alimentos en general es clave para obtener un buen plato, pero las recetas hacen el resto y esta es estupenda.
    Besitos desde,
    conpdepimienta.blogspot.com

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  7. No te voy a discutir que la carne tiene gran parte del triunfo de esta receta pero sin duda tu buen hacer y arte han exo que esta receta sea deliciosa.
    Como siempre un post precioso es un placer venir a visitarte.
    Bicos mil wapa.

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  8. Hay que ver, con lo cerquísima que vivo de allí y no conocía la existencia de los restos del acueducto de la Fuente del Rey, eso arcos de Zapata de los que tan bien hablas y nos documentas. Eras unp ozo de sabiduría, querida Toñi, siempre aprendemos contigo.

    Los filetes de ternera están para quitarse el sombrero, estos platicos del día a día son los que me gustan a mí, sencillos y deliciosos.

    Un besazo

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  9. Totalmente pienso como Nenalinda la carne si es muy importante pero si ha salido así de rico es por tus manos, tienen que estar muy ricos asi los filetes besos

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  10. ¡¡Eres un mar de sorpresas!! Me ha encantado que nos dediques una entrada en tu blog, te estás convirtiendo en una gran historiadora que con sus maravillosos platos nos enriquece. Gracias por vuestra amistad, y venid a visitarnos siempre que queráis.
    Un beso enorme, Juanita y Paco.

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