LEMON SHORTBREAD COOKIES WITH SESAMO (GALLETAS DE LIMON Y SESAMO)
Una vez más vuelve mi memoria al pasado y recuerdo con total exactitud mi
primer viaje a Inglaterra. Ocurrió en
el año 1983, concretamente en el mes de Junio, volvía de Hong Kong y tras un
largo viaje de vuelta a casa, hice escala en la ciudad de Londres, donde me
quedé varios días, siendo mi principal motivo visitar por encargo de mi tio, a
una de mis primas y convencerla de que volviese a casa.
Quedé cautivada por aquella ciudad que los romanos, en el año 43 de nuestra
Era, denominaron Londinium, nombre que deriba de Llyn Din (significaba Fortin
del Lago), emplazamiento de la aldea que habitaban dichas tierras, sus antiguos
pobladores celtas.
En aquella ocasión sólo pude “callejear”, ya sólo pasear por sus calles, de
por sí, fue para mi una aventura, y una delicia disfrutar del verdor de sus
parques. En aquella ocasión, no pude
hacer mucho “turismo” y me dije a mi misma que volvería….y así ocurrió con el
paso del tiempo: no fue una vez, ni dos, ni tres….. no me cansaré de volver.
Que ni decir tiene que conozco los grandes y famosos monumentos londinenses:
El Big Ben, el Parlamento, la Abadía de Westminster, los alrededors de
Buckingham Palace, he navegado por el Támesis y con más calma he caminado por
Oxford Street, Downing Street y por supuesto por mi mercado callejero
preferido, Portobello Road en Notting Hill, de donde guardo alguna que otra
antigüedad marinera.
Cualquiera de éstos nombres, si no han visitado Londres, les suena, son
protagonistas de infinidad de fotos, películas, etc……y merecen la pena
visitarlos; pero son los museos, donde suelo y me gusta perderme, teniendo
especial pasión por el British Museum (alberga una de las mayores colecciones
de historia cultural del mundo, más de 8 millones de objetos) y The National Gallery.
Salir de Londres y visitar Oxford, Cambridge, Stratford-upon-Avon (ciudad natal de
Shakespeare) y Windsor….lo he hecho igualmente en varias ocasiones.
En ésta última ciudad ¿o quizás fue en Stratford? ¡¡ por qué me fallará la
memoria, diré el nombre y el lugar exacto en otra entrada, me encantaba parar
en un restaurante, al lado de un pequeño rio….y tomar el té, el famoso, té
inglés de las cinco, con las clásicas galletas de mantequilla.
En éstos días, estoy leyendo un libro cuyo protagonista, Dominique quien
soñaba con ser marino (con el tiempo luchó en Egipto con Napoleón Bonaparte),
hijo de familia panadera, francés por cierto, “inventó” las galletas a escondidas de su familia y comenzó a venderlas para los hombres de la
mar, una historia imaginada por el autor, basado en una realidad.
Según L´Encyclopédie de Diderot y D´Alembert, ésta habla sobre el único
origen de la familia de las galletas, tal y como las conocemos hoy en día, “la
galleta o bizcocho de mar”, definiéndola como torta de miga, esponjosa y seca
resistente al enmohecimiento.
Ése era el origen de las galletas, alimentar a los marineros en las largas
travesías en la época de guerra como abastecimiento, tal y como ocurrió en la
época napoleónica en Francia.
Aunque La producción inglesa era la mayor de Europa y en épocas de paz, la
producción se vino abajo y a ésta necesidad de seguir produciendo acudió el
ingenio, incorporándoles a las insípidas “galletas de mar” la deliciosa
mantequilla británica, incluso especias, leche o frutos secos. Lógicamente cambiaron sus formas, pasando
de ser una rústica torta a otras atractivas formas y tamaño a fin de hacerlas
más atractivas a la burguesía y noblezas europeas (quizás sus únicos clientes),
empaquetándolas en preciosas cajas bellamente decoradas.
¡¡ A mi no me ha dado tiempo a guardarlas en caja alguna…..!! ¡¡ Quítame el
plato que me las como todas…..!! Con ésta última frase, me lo decían todo. No hace falta que les
explique ése sabor tan especial, ése olor que dejó durante todo el día el
horneado de ésas deliciosas galletas por toda la casa, no sólo en mi cocina.
En éstos días que se presentan lluviosos, otoñales, no hay nada mejor que
hornear galletas y degustarlas recién sacadas del horno con una buena taza de
té.
Sí he de confesar que no me salieron perfectas, es innegable, deberían haberme salido
menos tostadas y presentar un color amarillo pálido en su totalidad,
independientemente de que tuve un pequeño problema, al hacer el glaseado me di
cuenta de que no me quedaba suficiente azúcar glas; quise hacerlo moliendo azúcar
normal y el resultado, aunque sabroso, estéticamente no fue idóneo. Pero ya me van conociendo, no cocino para el blog....no es ésa mi meta.
Independientemente de que mis fotos no son ideales…..qué decir nuevamente de mi cámara, mi
poco arte escénico a la hora de fotografiar mis platos y mi impaciencia……
¿Y dirán Vds. que por qué las publico y no espero a tenerlo todo
perfecto?. Sencillamente porque la
receta en sí, sí lo es (tomada de mi libro “Con las manos en la masa…100
galletas” de Linda Doeser) y que pienso que la cocina es experimentar, probar y
pasarlo bien haciendo lo que nos gusta…..y con ésta entrada les animo a ello.
En definitiva, recuerden que lo importante para que las galletas estén bien hechas,
es que podamos disfrutarlas.
¿Cómo las hice?
Ingredientes:
2 cucharadas pequeñas de sésamo, 110 gr.de mantequilla, 70
gr. de azúcar glas, una cucharada sopera de cáscara de limón rallada fina, una
yema de huevo, 140 gr. de harina, media cucharada pequeña de sal.
Para el glaseado 75 gr. de azúcar glasé, una cucharada
pequeña (de las de café) de extracto de limón, una cucharada sopera de agua
caliente.
Los pasos a seguir:
En una pequeña sartén tostar las semillas de sésamo, durante
uno o dos minutos, removiendo de vez en cuando, procurando de que no se
quemen. Cuando estén tostadas apartar
del fuego y reservar.
En un cuenco poner la mantequilla a temperatura ambiente, el
azúcar, la cáscara de limón y las semillas de sésamo, mezclando hasta conseguir
que queden totalmente integrados.
Añadir el huevo, removiendo y cuando esté bien ligado
incorporar la harina tamizándola, sin dejar de remover, procurando que no
queden grumos.
Formar una bola, envolverla en papel transparente y dejarlas
enfriar en el frigorífico durante una hora.
Mientras precalentar el horno a 190º C.
Sacar la masa del frigorífico, extenderla entre dos hojas de
papel de hornear.
Con un cortapastas cortar las galletas y colocarlas sobre un
papel de hornear en la bandeja del horno, procurando dejar suficiente espacio
entre ellas. Con la pasta sobrante, hice "tortitas" moldeándolas con las manos.
Hornear durante diez o doce minutos.
Y aquí es donde podemos encontrarnos con el problema de que
queden demasiados tostadas.
Debería indicar: sacar la bandeja del horno “cuando estén
listas”, “bien doradas”…..pero las galletas dependen de muchos factores, del
grosor que le hayamos dado, de la cantidad de masa, el tipo de bandeja, del
horno en sí (ya se sabe, no todos los hornos son iguales), etc.
Estas galletas no deberían oscurecerse demasiado, pero es
casi inevitable que los bordes se tuesten un poco más que la parte central. Aunque tostaditas, les puedo garantizar que
están de rechupete…..
Aunque los filos estén doraditos y el centro esté blando
cuando se saquen del horno….no se apuren, es su punto exacto….no están crudas,
al enfriarse se quedan en su punto perfecto.
Cuando estén frias, es cuando hay que preparar el glaseado:
En un cuenco pequeño echar el azúcar (no lo olviden….azúcar glas),
añadir el extracto de limón e ir incorporando el agua poco a poco hasta que la
mezcla tenga la consistencia de una crema espesa.
Untar las galletas ya frias, con el glaseado, justo por el
centro.
Servirlas, si les dejan y no
se las comen antes, cuando se haya solidificado.
Aunque estén tostaditas y habiéndoles dado la forma manualmente....
¡¡ Disfruten de la cocina….!!
7 comentarios
no sabía el origen de las galletas,me ha parecido curioso, las galletas con el sésamo me parecen de lo mas original y tienen que estar muy ricas con el limón, y con ese glaseado mmm sensacionales, las iba a disfrutar mucho yo, bueno yo y los de mi casa jeje,besitos
ResponderEliminarQue buenisimas son las galletas, me encantan, tienen una pinta deliciosa, lo importante no es el exterior.
ResponderEliminarBesosss
No importa si están más o menos tostadas, si las fotos son espectaculares o no, lo realmente importante es que los tuyos se las comieron a gusto y eso es suficiente. Con ese sabor a limón hasta yo te digo que están ricas sin probarlas.
ResponderEliminarA gusto entro en tu blog a ver las recetas y tus explicaciones porque siempre se aprende algo nuevo.
Besos.
Pues a mi asi tostaditas me encantan , seguro estan de vicio¡¡¡ besos
ResponderEliminarQue ricas Toñi, con una no me es suficiente,je,je.
ResponderEliminarHola mi niña, guapa tu
ResponderEliminarTan maravillosa como siempre tu, te tomo la formula y te contaré, mientras,...millll petonets Susanna
Hola encanto de mujer!!. Ya estoy de nuevo visitando vuestras cocinas, a ver si ahora duro más tiempo "online" y no surgen más contratiempos :)
ResponderEliminarComo siempre, ya me he trasladado al Londres que describes. Si ya tengo ganas de ir desde hace mucho tiempo, ahora más. Seguro que cuando me anime me pasará como a ti, repetiré cuantas veces haga falta.
Me alegra que sigas preparando cosas tan ricas como siempre, he estado cotilleando entradas anteriores y que en su día me he perdido y bueno, sin palabras. Lo último, estas galletas que disfrutaría encantada de la vida tomándome un cafelito y que seguro tendría que soltarte esa frase que has escrito antes líneas más arriba: !! quitalas de delante o me las como todas!! jajajaja.
Besines mil, amiga mía.
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.