TAGLIATELLE CON CALAMARES Y LANGOSTINOS AL AJILLO
Recuerdo con total nitidez la tienda donde mis padres una vez al mes compraban los productos no perecederos, me gustaba ir con ellos a ese gran “supermercado” malagueño de mediados de los 60, ya desaparecido, situado en la céntrica calle Especerías, en una esquina redondeada de uno de los señoriales y bonitos edificios que aún se conserva en el casco antiguo de Málaga: Ultramarinos Galváñ.
Un largo mostrador de madera, sobre ellos pesos antiguos blancos, en el suelo grandes pesos esperando que se posaran sacos enteros llenos de mercancías, donde me solía subir a escondidas a pesarme, altos techos, columnas bellamente decoradas de hierro, grandes ventanales y unas puertas grises siempre abiertas de par en par, por donde no paraba el bullicioso trasiego de personas y mercancías.
Detrás de los mostradores, los dependientes con sus batas blancas, iban y venian con pequeñas palas de madera en una mano y cartuchos de papel de estraza en la otra sirviendo los pedidos de los clientes, con el lápiz que cada dependiente llevaba convenientemente puesto a la oreja, le hacían al cliente la cuenta en una tira de papel.
Garbanzos, lentejas, habichuelas blancas, arroz, latas enormes de conserva (sobre todo atún), habas secas, fideos y azúcar eran los productos que mi madre solía comprar por kilos; con el paso del tiempo recuerdo la cantidad de azúcar que pedía : 8 kilos, ocho paquetes marrones, cartuchos de papel que con una maestría cerraban sin pegamento, sin “fixo”, sin grapas.... el seat 600 se quedaba pequeño.
Hoy por hoy, en las estanterías de los grandes supermercados encontramos tal cantidad de productos diferentes, tantas marcas, mucha diversidad, que nos cuesta trabajo decidirnos por éste o aquel producto, como por ejemplo con la pasta, hay infinitas variedades, lo que ayuda a que cada día podamos descubri una forma nueva, con diferentes sabores, formas y colores; en aquel entonces los fideos solo lo podíamos encontrar de un grosor determinado y venían enrolladitos.
Me encantaba partir los fideos, ponerlos en un plato y con la manita estrujarlos y escuchar el crujir, hacerlos trozos pequeños.
Quizás por ello me llamaron la atención estos “tagliatelle”, tenían la misma forma que los que comprábamos en aquella época, aunque estos eran negros (con tinta de calamar).
No pude resistirme no solo por su forma, sino porque me gusta la pasta con éste sabor tan peculiar a mar, cuando la fui a cocinar, la estrujé, cerré los ojos y escuché a mi madre: ya está bien, no sigas. Me volvió a trasladar a mi niñez.
¿Cómo los hice?
Pelar los langostinos y limpiar el calamar cortándolo en aros.
Poner en una cacerola agua, echar las cabezas y la piel de los langostinos, y pescado para hacer un fondo (yo uso la espina de la rosada y alguna que otra cabeza de pescadillas o merluza), salando al gusto.
Llevar a ebullición, espumerear y dejar hervir unos quince minutos, colar bien.
Colar bien, y reservar el caldo.
En ése caldo echar los tagliatelles (enteros) y cocer siguiendo las instrucciones del fabricante en cuanto al tiempo. Escurrirlos una vez listo de cocción.
Mientras cuecen, en una sartén poner un chorreón de aceite de oliva virgen.
Una vez bien caliente el aceite echar los calamares, los langostinos y dos o tres ajitos picados, removiendo durante unos minutos (cuidado de que no se quemen los ajos)
Espolvorearlos con perejil picado y aderezarlos con un chorreón de limón, remover el conjunto.
Agregar los fideos, mezclar bien y servir.
Acompañar con una mayonesa con ajo (lo que en Málaga llamamos ali-oli)
Para preparar el ali-oli:
Poner en el vaso de la minipimer un huevo, un pellizco de sal y un diente de ajo (quitar la raiz central), un chorreón de aceite de oliva virgen extra.
Dar máxima potencia, sin mover el brazo de la minipimer del fondo del vaso durante uno o dos minutos, paulatinamente hacer movimientos suaves de arriba hacia abajo e ir añadiendo hilitos de aceite de oliva hasta obtener la consistencia deseada.
¡¡ Buen provecho !!
17 comentarios
bueno.. el plato es una delicia, no le pongo ni un pero, me lo comería hasta rebañar el plato, y tus recuerdos... una maravilla, casi he visto esa imagen,que bonito!
ResponderEliminarQue recuerdos!!!! Me encantan tús platos de pescados y mariscos, tú si que eres una especial cocinera en eso!
ResponderEliminarBesos
Te ha quedado un platito chiquitín para mí??me encanta la pasta, y con calamares ha de estar bueníiiiisima!
ResponderEliminarEl contracte de colores es divino
ResponderEliminarQue rico plato!!! Y tus recuerdos me llevaron a cuando de pequeños ibamos con nuestra madre a comprar la economato de la mina, la misma escena que describes, lo único que cambia, el mandilón de los depaendientes, que en nuestro caso era azúl azafata, me parece, o gris... Yo también me pesaba a escondidas...!!! Besinos y gracias por devolverme mis recuerdos al compartir los tuyos.
ResponderEliminarHola Carmen Rosa, guapa tu
ResponderEliminarcomo siempre una bella historia tan bien explicada que casi se sientes dentro de ella,...y como complemento, un plato de 10x10 ( como siempre )
sigue así, tod@s esperamos tu siguiente plato
mientras mil mil-lions de petonets Susanna
Que pedazo de plato te ha quedado, la receta original, y solo dice pruebame, pruebame... jeje.
ResponderEliminarsaludos
Divinoooooooooo me encanta el contraste de colores y seguro que sabe mejor.
ResponderEliminarBicos mil wapisimaaaa.
Como me revives los recuerdos. Yo tambien me ponia a triturar con las manos los fideos que venian como enrollados. Que tiempos! Y el trato en esas tiendas era totalmente diferente a las grandes superficies... a no ser que vayas a una tienda de barrio. Enfin...
ResponderEliminarPero la pasta ricca, así negrita y con sus calamares y langostinos al ajillo, como tu deces, sabor a mar.
Besazos
Que de cosas has editado mientras yo estaba de viaje, es que no paras, este plato debe ser una delicia olerlo, y comerlo no te digo nada, me gusta el olor de los guisos con mariscos, un beso guapa
ResponderEliminarQué bien cocinas, Carmen! Me parece un plato exquisito. Un beso!
ResponderEliminarMe ha gustado tu receta, pero mucho más me ha gustado la historia que nos explicas de tu niñez, es que más o menos también son mis recuerdos de como era todo antes. Qué bonito!
ResponderEliminarBesos.
Un plato de pasta sensacional!!! y con mucho color!!
ResponderEliminarBss.
que platito mas rico de pasta, con pescado es como lo podemos comer mas sano y como más me gusta a mí, sin demasiadas grasas.
ResponderEliminarUn besazo guapa.
Tiene un blog precioso muy completo y las recetas muy bien explicadas, me gusta me llevo tu enlace al mio.( yo tambien soy de Málaga. Un beso con cariño
ResponderEliminarjoo! porque viva el arte!!!!! me parece genial tu blogs, que bien cocinan los del sur! enhorabuena:)
ResponderEliminarQUE VIVA EL ARTE CULINARIO!!!!!!!!! amo este blog, me declaro fan absoluta:)
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.