CARRILLERAS EN SALSA CON PASAS Y CHAMPIÑONES
De un tiempo a ésta parte pierdo el sentido de las horas,
los días van pasando, vuelan y casi no me doy cuenta de ello; me siento
arrastrada por hechos que son parte lógicos de la vida, que en estos tiempos me
tiene inmersa en una vorágine de acontecimientos que aunque no me tienen
alejada de mi cocina real, sí que están influyendo en mi cocina virtual…que
aunque no se crea, necesita su tiempo.
También hay otros motivos quizás anímicos que me tienen un
tanto alejada del blog… debo admitir que me siento un tanto extraña, poco
motivada, revuelta, revolucionada con el tema gastronómico, que está influyendo
en que me ausente de Mi cocina…quizás debo llamar ése sentimiento
“saturación”.
No es habitual en mí, con lo que me gusta la cocina y la
ilusión que siempre he tenido por publicar y escribir mi blog, que cada vez que
veo algo relacionado con la cocina: llámese evento, llámese programa
televisivo, llámese redes sociales……piense e incluso diga ésa expresión tan
malagueña espontáneamente: “Qué pechá de cocina”…
Y entro en la dinámica de justificarme a mi misma diciéndome
algo de lo que estoy absolutamente convencida: ¡¡ la gastronomía no es el
ombligo de mi mundo !!
Ese mundo que me rodea, que me motiva, me distrae y
divierte, leer, pasear, bucear, la historia, el arte y un largo etcétera, en el
que la gastronomía es un pequeño apartado, pequeños y grandes placeres que se
unen a las responsabilidades que tengo que asumir absolutamente inevitables e
ineludible.
Igual, sin darme cuenta me he visto sumergida y he buceado
en la gastronomía (metafóricamente hablando) hasta tal extremo que me encuentro
como cuando buceando en el mar, a pesar de disfrutar del entorno, del medio en
que me encuentro, siento ésa especie de angustia, de presión que me incita a
subir a la superficie por falta de aire y respirar hondo
Mi cocina, el blog e incluso cocinar para mi es una afición
con la que he intentado distraerme, hacer de una obligación una diversión y
compartir lo que yo sé hacer, que no es mucho e igual no es poco, mostrando lo
que cocino, incluso con el riesgo de que mi familia no estuviese de acuerdo en
que “enseñe” los platos que con cada receta llega a mi mesa….siendo consciente
de que no soy cocinera, no soy chef ni lo quiero ser.
A esta altura de mi vida no busco en el mundo bloguero
gastronómico nada más que compartir, no “competir”. Y me doy cuenta, de que lo que ocurre en
la vida real, se traspasa a los blogs y a sus creadores, para lo bueno y para
lo menos bueno, se proyecta la competitividad, convirtiéndose en una carrera
donde prevalece el “pó yo más”, proyectándose la competitividad en algo que
debería ser un entretenimiento, buscándose notoriedad y protagonismo.
Igual ése es otro de los motivos de ése cansancio, de ésta
rutina en la que se puede convertir algo que hago con corazón, por gusto y
afición; algo que no valdría la pena continuar, ya bastante competitiva es la
vida diaria personal y profesional como para traspasarlo también a una pasión:
la cocina.
Respiraré, me lo tomaré con filosofía…..e intentaré
disfrutar de su lado positivo, de las cosas buenas que conlleva cocinar y
compartirlo en Mi cocina.
Por cierto: Lo de “pechá”, es un vocablo que utilizamos en
Málaga….viene a significar algo así como estar “harto” (que está molesto o
cansado de una cosa de modo que la aborrece o pierde la paciencia).
Una “pechá” al igual una “jartá” (de hartazgo) en nuestro
argot hace referencia al exceso con el
que se realiza alguna acción.
El origen de ésta curiosa expresión nos llega a los
malagueños de la palabra “pechada”.
Impuesto o tributo muy común en la Edad Media, el llamado de la talla o
pecho, que era pagado por cada familia de campesinos en forma de dinero o
especie; se le llamaba de tal forma porque al pagarlo se hacía una talla con un
cuchillo en un pedazo de madera.
Las contribuciones que se cobraba llegaban a ser
humillantes, indignas e intolerantes por ser impuestas obligatoria y
arbitrariamente, sin importar la situación económica, siendo la “pechada”
difícil de pagar por la gente llana, por el pueblo, por los humildes, por los
trabajadores....
Espero que ésa “pechá” de cocina que me ahoga en éstos días…sea
pasajera, mientras es mi deseo que quienes visitan “Mi cocina”, no digan: qué “hartura”
de tanta historia, de tanto pensamiento y sentimiento….
Mientras les dejo ésta deliciosa receta, que igual en la
época de las “pechadas” en épocas lejanas, ya se cocinaba en Andalucia, preparada
con una parte del cerdo que hasta hace bien poco tiempo era considerada como “casquería”
que es poco noble para las distinguidas mesas de nobles y reyes.
Un ejemplo nos lo relata el genial escritor Arturo Perez Reverte
de quien en mi biblioteca están casi todas sus grandes obras, entre ellas todos
sus libros de las aventuras del Capitán Alatriste, concretamente en la novela "El oro del Rey" , ambientada en Sevilla (Año 1626), el novelista sienta en la mesa a dos de sus personajes, el
propio Capitán y a D. Francisco de Quevedo, en una Taberna de Triana, donde ambos dan buena cuenta de éste delicioso, jugoso y extraordinario
manjar: la carrillada, carrillera o también llamada presa de cara.
Esta parte del cerdo que está formada por los músculos
situados a ambos lados del hueso mandibular, muy ejercitado y que por lo tanto
tiene en consecuencia que dicha carne, bien cocinada, sea sumamente tierna…..
En ésta ocasión, la he preparado con vino moscatel y fino
Montilla Moriles, pasas y champiñones.
¿Cómo la hice?
Ingredientes para dos personas:
Medio kilo de carrilleras ibéricas (son muy pequeñas y las
suelo encontrar en una carnicería del malagueño mercado de Huelin), dos dientes
de ajo, una cebolla blanca dulce, un puñado de pasas (malagueñas a ser
posible), un vaso de vino (una parte de vino moscatel malagueño, dos partes de
vino blanco, un fino Montilla Moriles), dos vasos de agua caliente, una
cucharada sopera de Bovril, sal, aceite de oliva virgen extra (en ésta ocasión
sin filtrar, de Riogordo, malagueño), cinco o seis granos de pimienta negra,
dos hojas de laurel y una ramita de perejil.
Los pasos a seguir:
Picar la cebolla y los ajos en trozos pequeños.
Diluir la cucharada de Bovril en el agua caliente.
En una cacerolita echar un buen chorreón de aceite de oliva,
cuando esté caliente echar las carrilleras y dorarlas uniformemente. Sacarlas y reservarlas.
En el mismo aceite pochar a fuego lento la cebolla, los
ajitos, las pasas (éstas casi se perderán dando un punto de sabor dulzón a la salsa) junto con la pimienta negra y el laurel, cuando esté doradito agregar la
carne, remover bien.
Añadir el vino y dejar evaporar unos minutos, echando a
continuación el agua donde se ha disuelto el concentrado de carne, salar al
gusto y llevar a ebullición, dejándolos cocer aproximadamente unos cuarenta y
cinco minutos (hasta que la carne esté tierna), si es necesario añadir un poco
más de caldo procurando que no quede la salsa demasiado reducida.
Mientras en una sartén con un poco de aceite de oliva dorar
los champiñones cortados en cuartos y reservarlos.
Cuando esté lista la carne, agregar los
champiñones, removiendo bien todo el conjunto.
Apartar del fuego, espolvorear el perejil picado antes de servir.
¡¡ Buen provecho !!
5 comentarios
Toñi te entiendo perfectamente, yo enpece en esto en el 2007, y al principio hacia una receta diaria, queria dejarle a mis hijos mi recetario lo mas pronto posible (con esa idea puse el blog) pero cuando te metes en este mundo te das cuenta que solo cuenta la competicion, y ese ritmo ya no se puede llevar, al menos yo no puedo seguirlo, y ya decidi que si podia editaba y si no, no pasaba nada, te visitan menos pero las que son de verdad siguen aqui, tomatelo con calma y veras que vas recuperando el ritmo de tu vida, (un consejo mas de madre que de amiga)
ResponderEliminarY de esas carrelleras que te digo,que se ven deliciosas y que hace muchos años que las preparo, en mi casa caen siempre que vienen mis hijos, mis Malagueños vienen para el domingo a pasar aqui unas semanas, ya estoy deseandolo, asi que a partir del domingo cierro el quiosco por vacaciones hasta agosto, te deseo buen verano y mucha calma, un besito cielo
Me gustan las carrilleras de cualquier forma, me chiflan.
ResponderEliminarCreo que por lo que estás pasando tú ahora, hemos pasado la mayoría. ¿Solución?..tomarse las cosas con calma. Si no se publica más.... pues se publica menos, se trata de estar a gusto, de disfrutar con lo que una hace, de tener ilusión, ganas y de saber que esto es para nuestro disfrute personal porque nos gusta la cocina y todo lo que tenga relación con ella. Verás como es algo pasajero y así que te relajes y descanses un poquito, todo funcionará igual de bien. Así que ánimo guapetona y que sepas que tanto tus recetas, pensamientos, historias y pensamientos....los hago míos, cada vez que entro en tu cocina y te leo ;)
ResponderEliminarLas carrilleras mamma mía!!, jugositas y con un color divino. La salsa en su punto justo, ni muy suelta ni muy espesa como a mi me gustan, que así pringo pan que no veas (aunque luego me arrepienta al verme las lorzas jajajajajaja).
Un biquiño reina, y arriba ese ánimo ehhhhh o bajo a Málaga y te suelto lo de "pechá" jajajaja.
Toñi, esto de la competitividad ya hace algún tiempo lo noté, pero cada cual que haga lo que le parezca, yo no deseo competir porque como bien dices la vida es bastante dura y esto es un hobby, si agobia hay que hacer un pensamiento. Haz las cosas a tu gusto y no cambies.
ResponderEliminarLa carne de las carrilleras me encanta por lo tierna que queda, se ve una receta muy buena, de las de mojar pan.
Besos.
Ese sentimiento que tienes ahora Toñi, todos los que tenemos blog lo hemos pasado en algún momento, hay quien sigue de forma mas relajada y otros acabamos casi abandonándolo. A mi lo de competir, no me va, me agobia y bastante. Yo he disfrutado muchisimo con mi blog, pero desde hace un tiempo, disfruto mas con otros hobbies, la vida ya es muy complicada como para hacer cosas por obligación.
ResponderEliminarUn besote guapetona
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.