LOMOS DE MERLUZA DE PINCHO EN SALSA DE CRUSTÁCEOS
Málaga fue inspiración para grandes escritores y poetas… fue
Ernest Hemingway quien dijo ésta
frase : Quien no pueda escribir aquí no
podrá escribir en ninguna parte.
Desde que en el s. xix los viajeros románticos del frío
norte europeo pusieran sus ojos en el paisaje virgen y exótico de la arabizada
España, han sido numerosísimos los grandes escritores que recalaron en Málaga,
sin ser malagueños y así la evocaron en sus obras: Theofile Gautier, Richard
Ford, Hans Christian Andersen, J.-Charles Davillier, Gustave Doré, Rubén Darío,
Rainer María Rilke, Gamel Woolsey, Sir Peter Chalmers-Mitchell, Marjorie
Grice-Hutchinson y William Grice-Hutchison,
Norman Bethune, César Vallejo, Pablo Neruda, Arthur Koestler, George Orwell,
Bertold Brecht, Ernest Hemingway, Orson Welles, Paul y Jane Bowles, José Moreno
Villa, Pio y Julio Caro Baroja, Hamilton Reed Armstrong…y por qué no recordar a
un español universal, el gran Antonio Gala y muchísimos más que se escapan de
mi conocimiento y memoria en estos momentos….y por supuesto, no puedo, ni
quiero olvidarme lógicamente del genial GERALD BRENAN…..
¿Cómo me voy a olvidar de él, si paso casi cada día por la
puerta de la que durante más de dos décadas fue la residencia del hispanista y
escritor británico?
Casa situada en la capital
malagueña, en el distrito de Churriana, un lugar que le pareció paradisíaco, una
zona que la alta burguesía malagueña había
convertido, en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, en su
lugar de recreo y segunda residencia: Churriana llegó a ser el pueblo de moda
entre la burguesía malagueña; Los Larios, Heredias, Lorings, etc hicieron de la
rica Vega del Guadalhorce sus fantásticas fincas de recreo, quedando de ésta
época numerosos vestigios arquitectónicos en la zona y maravillosos jardines
tropicales.
Debido a las cercanías del mar, del rio
y de la montaña, posee un microclima especial, siendo Churriana, un lugar
privilegiado de la capital malagueña cuya historia se remonta al siglo VIII
antes de Cristo.
Los fenicios la llamaban Siryana; los
romanos se asentaron en ella, en el manantial de la Fuente del Rey y fueron quienes
primero canalizaron el manantial.
De este momento histórico existen dos
vestigios importantes: la Urania (preciosa escultura femenina) ha estado en el
antiguo Museo Longiriano que se enclavaba en el Jardín Histórico de La
Concepción, y el Vaso Canopo.
En tan maravilloso lugar donde recalaron los Brenan, desde
hace pocos días reverdece al calor de la reapertura como Centro Cultural y Museo
en recuerdo de su obra.
Por allí, pasaron importantes figuras del Círculo de
Bloomsbury como Ciryl Connolly, que era asiduo de la muy cercana finca
de La Cónsula, donde Hemingway escribió 'El Verano peligroso', en 1959.
Una casa con historia donde Gamel Woosley, la mujer de Brenan, gran
amante de Málaga y de su luz escribió 'Málaga en llamas', dando testimonio de
primera mano de la guerra civil y el horror que provocó en la escritora.
El escritor e hispanista británico Gerald Brenan, en los
lejanos años de su infancia, había oído de labios de su madre el «mágico»
nombre de Málaga y la soñó. La imaginaba
como un lugar donde el mar juega con el jardín, descubriendo dalias, jilgueros
y suaves brisas.
Una ciudad llena de elemento humano y de ese sensualismo
latino del sur que arranca lágrimas. Un lugar de luz y de color, suma de tantos
deseos, de tantas ambiciones que un día le harían mitigar las penumbras y las
sombras que presidían su vida. ((Fuente de inspiración y texto)
El sabor del turrón, una única foto de Málaga y del Castillo
de Gibralfaro y las historias que le contaba su madre y su abuela sobre ésta
maravillosa tierra que quedó grabada en su imaginación.
Después de combatir en la Primera Guerra
Mundial, decide hacer realidad su sueño, llegando a Málaga, tras dificultosas
peripecias en 1934.
Concretamente en la
zona oeste de la capital nombrada poéticamente Ciudad del Paraiso, conocida
mundialmente como Costa del Sol.
Una tierra que enamora, quizás por el hechizo de su clima,
de su luz, de sus paisajes mediterráneos
y ¿por qué no decirlo, aunque yo sea malagueña? ¡¡ por su gente, por el
carácter abierto de los malagueños !!
Dicen de él que le distraía el rumor de las olas de la playa
de Huelin, de las playas llamadas en aquel entonces “el bulto” y San Andrés,
donde vivían los humildes pescadores; se sentaba en el rebalaje, mirando el mar
y escuchando el rumor de las olas, observando a la gente de la mar, viéndolos
faenar, escuchándoles charlar, cantar, mientras en sus manos reposaban los
libros de poetas españoles, al mismo tiempo que sentía las dentelladas del
hambre y de la melancólica soledad; fascinado por el carácter de su gente, las
tradiciones, costumbres y cultura.
Tú, que en la patria entre quien bien te quiere/ la
deleitosa playa estás mirando/ y oyendo el son de mar que en ella muere.
Allí estaba el joven poeta Brenan, o aprendiz de poeta, en
soledad frente al mar pero reconfortado por la poesía, enamorado de ésta
tierra, de su luz, de su mar……El 19 de enero de 1987 murió a la
edad de 92 años en su tierra soñada.
Hoy en Mi cocina, cerca de su lugar soñado, deseo homenajear
a tan genial humanista y escritor….a éste malagueño de adopción: Edward Fitzgerald Brenan.
La receta de hoy,
tiene que tener todo el sabor del mar, ése mar que le cautivó, como a mi, y con el sabor a Málaga que no puede faltar en Mi cocina.
La receta la he “tomado” de uno de mis libros de cocina preferidos, donde
suelo inspirarme con increíbles recetas e ideas para cocinar. Es éste…
¿Cómo la hice?
Ingredientes para dos personas:
Dos trozos grandes de lomo de merluza de pincho, una cebolla
fresca (mediana, blanca), dos tomates, un cuarto kilo de almejas de Málaga,
medio kilo de mejillones, 100 gramos de camarones, cuatro langostinos, medio
vaso de nata ligera (especial para cocinar), aceite de oliva virgen extra (usé
de Ardales, malagueño. Aunque en la receta original usan mantequilla), cinco o
seis granos de pimienta negra, una ramita de perejil fresco.
Los pasos a seguir:
Poner las almejas en agua con sal para que suelte la posible
arena que puedan tener en su interior (una media hora antes).
Picar la cebolla en trozos pequeños, rallar el tomate y
pelar los camarones (los que son más pequeños se pueden dejar enteros) y
machacar la pimienta en grano.
Limpiar los mejillones quitándoles las valvas exteriores,
enjuagarlas bien.
En una cacerola echar las almejas y los mejillones, tapar y
dejar unos tres o cuatro minutos, hasta que se abran y suelten los jugos. Apagar el fuego y reservar.
En una cacerolita echar un buen chorreón de aceite de oliva
pochando la cebolla hasta que esté dorada, entonces agregar el tomate rallado
junto con los camarones, salar al gusto. Ir removiendo hasta que el tomate esté
frito (unos diez minutos aproximadamente).
Una vez hecho el refrito añadir el caldo de los moluscos (el
que han soltado las almejas y los mejillones), remover bien. Añadir la nata, la pimienta molida y dar un
hervor y apagar el fuego, manteniéndolo caliente. Probar y rectificar de sal si
fuese necesario.
Mientras, en una sartén antiadherente engrasada con aceite de
oliva pasar los trozos de merluza por ambos lados (dependiendo del grosor, unos
cinco minutos por cada lado, hasta que esté dorada).
En la misma sartén dorar los langostinos, sacarlos y reservarlos.
Mientras se doran los trozos de merluza, echar la salsa en
el vaso de la batidora y pasar de forma que quede lo más fina posible.
Incorporar la salsa colándola con un colador encima de los trozos
de merluza.
Al emplatar colocar el trozo de merluza, acompañar con arroz
cocido, colocar las almejas, los mejillones y los langostinos, salsear con
generosidad y echar el perejil troceado.
Por cierto ¿sabian qué.....Los crustáceos son
artrópodos que están cubiertos por un caparazón, generalmente calcificado?
Esta
palabra viene del latín crusta, -ae (lo que envuelve o recubre, corteza)
y el sufijo "-aceo" que significa pertenencia.
He usado camarones malagueños, tan habitual desde siempre en las tabernas antiguas...
(éstos) que se ven en la foto ya estaban cocidos, pero podrán ver que son pequeños crustáceos, lástimas que no puedan apreciar su maravilloso sabor...que queda con todo su esplendor en la salsa de la receta de hoy.
¡¡ Buen provecho !! Y recuerden, disfruten de Málaga...
7 comentarios
Una receta de lujo total!! esa salsa es una maravilla! la pongas sobre el pescado que la pongas, es un plato de fiesta
ResponderEliminarMenuda salsa te ha salido,para hincharse a mojar pan,que ricura........besos
ResponderEliminarVaya colorcito lindo que tiene esta salsita.
ResponderEliminarTengo claro que ante este plato empezaría por la salsa, que tiene una pinta exquisita y luego poco a poco disfrutaría del resto del plato, todo tan rico y fresco.
ResponderEliminarBesos.
Un post precioso como es habitual en ti y un homenaje precioso el que le has echo con el y con este maravilloso plato de merluza con esa riquisimaaaaaaa salsa a ese Gran escritor y Malagueño de adopcion Edward Fidgerald no cabe la menor duda que el se sentia plenamente feliz al vivir en ese bonito rincon de nuestra gran España .
ResponderEliminarBicos mil wapisimaaaaa.
Es genial el blog, extraño es que no lo haya conocido antes, saludos desde las Sierras de las Nieves.
ResponderEliminarQue pintaza más buena
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.