¡¡ MORAS, MORITAS, MORAS !!




Ahora, a mis 59 años, camino ya de los 60, cuando los veranos son ya tan distintos, cuando aquella casa familiar, la de mis abuelos, el “El Paso a Nivel” se perdió en el tiempo y “mi casa”, aunque aún sigue en pie, en el mismo sitio, en el mismo enclave, ya no es la que era y la calle, terriza, ensombrecida por las sombras de los grandes eucaliptos, y amenizada por el pasar del tren, cuya parada en la estancia anhelaban las vecinas para recoger de sus entrañas el agua caliente con cubos de estaño, como hacía mi madre...y a los pocos años, cambiado el antiguo y entrañable tren de vapor por la moderna “cochinita” de los paleños.


Hoy, cuando los que estaban conmigo en aquellos años, en mis seis o siete primaveras, mis mayores, hace ya mucho tiempo que me faltan; hoy que no logro recordar las caras, ni los nombres de mis compañeros de juegos infantiles; hoy que incluso mis propios primos y también mi hermano ya todos mayores y adultos andamos por los diferentes caminos que nos indica la vida, gracias a mis suegros, me ha venido a la memoria detalles imborrables de mi vida.

El poder evocador de un sabor, me ha traido a la memoria aquellos días y me he visto niña, con toda la vida por delante, con aquella goma negra del interior de la rueda del autobús que conducía mi padre que usábamos como  “flotador” y que llevábamos entre todos hasta el mismo rebalaje; me he vuelto a ver con mi bañador rojo de buyones y faldita yendo para la playa y he apretado la mano, como entonces, para que no se caiga de mi mano la “perra gorda” para comprar las moras.    

¡¡ Moras, moritas, moraaaaaasssss !!


Pregonaba aquel vendedor ambulante del Palo, con su canastillo de caña trenzada colgado del brazo, con su sombrero de paño negro y su camisa blanca, los pantalones “remangaos” y sus alpargatas de esparto…en la mano las verdes hojas de higuera ensartadas en una caña….

Una moneda a cambio de una hoja de higuera, que servía de plato” con unas cuantas moras, las dulces y ricas moras.

Hoy, me traslado a mi niñez, sentada en los chinorros, en la misma orilla, acariciada por la espuma de las olas, encajes blancos de volantes de un mar azul intenso, mirando al horizonte, viendo las barcas navegar, escucho las risas y los gritos de los niños que se bañan en la mar, a mi alrededor algún que otro marengo remendando las redes, aspiro el olor de las brasas, de la leña quemada, de los espetos de sardinas “asás” en la puerta de Casa Pedro…




y yo, mientras  saboreo las negras moras.

Y me siento parte de un pasado que no volverá, de una generación que en gran medida debemos intentar fijar nuestros recuerdos, legarlos como testimonios de costumbres populares, quizás en mi caso, cargados de emociones que llegan al umbral de la nostalgia por la pérdida de una parte de mi vida, probablemente idealizada: mi infancia.  

Sabores y placeres asociados a lo que comíamos de niños….llenos de sentimiento.    Y que mis suegros no dejan que se me olviden….ellos son los que siempre me regalan éstos maravillosos momentos…..   
  
Como los "chumbos" …¡¡¡ gordooooo y reondoooooo  !!! 


O los "madroños" madroños ensartados en caña…. 



O la ácida aceróla otoñal……



¿Y quién no recuerda por las calles del Palo?  Los “coquis”….¡¡¡¡ al ricoooooo coqui !!! Aquel merengue rosa en un cucurucho de galleta…..

¿Y el Pirulí?....un caramelo puntiagudo de color rosa fuerte, ensartado en un rudo palo envuelto y anudado en papel transparente….. 

Sabores de la niñez...que van quedando en el pasado..... y que me resisto olvidar, dejándo en Mi cocina, aunque sea éste recuerdo, éstas moras virtuales.




Aunque popularmente se conoce como mora, en realidad la palabra mora designaría a una familia de frutas comestibles pertenecientes a diferentes especies, una mora es una fruta o baya que puede proceder de especies vegetales totalmente diferentes. 

He llegado a leer que existen hasta dos mil variedades de zarzas debido a su gran facilidad para hibridarse, por lo que podemos encontrar zarzamoras con distintos matices de sabor….pero les aseguro que éstas, las que me han traido mis suegros, son las auténticas, las genuinas moras de mi niñez, las moras del Palo…..

Aquellas mismas moras que seguramente vendía por las calles paleñas, el “Niño de las Moras”; insigne y famoso "cantaor" malagueño.
Figura emblemática de la Historia del flamenco en Málaga.

Aquel niño que pregonaba :

“ Asomarse a los balcones, mujeres guapas y hermosas, y veréis vender las moras, moras, mauritas, las moras, y al moral me voy, del moral me vengo, al amo las compro, por las calles las vendo, moras, mauritas, las moras ”.

" El Niño de las Moras", Juan Ternero Mingorance, nació en el Palo (año 1886), en la misma época que mis abuelos maternos y como casi todos los niños de aquél entonces, trabajaba tirando de la traya en las barcas de pesca



él a sus pocos años, compaginaba el trabajo de la mar vendiendo moras y con un don, con el cante,  por lo que vendía las moras por el Palo, pregonando... cantando.

Sus primeros cantes, pegado al mar; con diez años, le escucharon cantar un grupo de aficionados flamencos en un merendero de la playa.  Un cantaor dotado de una exquisita voz, sobresaliendo en los cantes de mi tierra…como “las malagueñas” y en el cante “paleño”: jabegotes……

La barriada de el Palo le erigió un monumento a su personalidad cantaora en la ahora llamada Plaza del Niño de las Moras, mirando al lugar donde antaño estaba la fuente, aquella fuente donde mi madre llenaba los cántaros de agua, al final de mi calle La Bara

frente al Paso a Nivel de mis abuelos paternos, a sólo unos metros de la playa, del rebalaje y de las jabegas…. 

Hoy, como en mi niñez….me las como absolutamente todas, con avidez, como si se me fuese la vida en ello, como si fuese la última vez…..hoy no hay receta en mi blog, en Mi cocina sólo recuerdos.


Buen fin de semana y recuerden mi consejo: si pueden disfruten en Málaga, de su sol, sus valles, sus paisajes, sus montes, su historia, su cultura, su gastronomía.....Y del mar, siempre la mar.... 

19 comentarios

  1. Qué historia tan bonita. Yo soy más joven, (de Madrid, aunque me quedé por Málaga a vivir) y he viajado a mi pasado contigo gracias a tus recuerdos. *_*

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  2. Que entrada más bonita Toñi, algunas cosas las reconozco en mi niñez, pero otras no aunque me hubiera gustado, por ejemplo los “coquis” los conocí hace un par de años, no los había visto nunca. Besos

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  3. Pues no me importa que hoy no pongas receta Toñi, si es que me encanta leerte y según lo voy haciendo se agolpan en mi memoria muchos recuerdos y algunos incluso se asemejan a los tuyos. Me ha encantado viajar contigo al pasado, recordar tantos momentos lindos, situaciones, personas, y como no, sabores y aromas.

    Besines reina , feliz fin de semana

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  4. ufff, que frutas mas ricas quizás algo escasas y de temporada, los coquis de merengue no los conocia

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  5. ¿Hoy no hay recetas? ..Ni falta que hace, tengo la boquita hecha agua y el sentío alimentado por tus recuerdos, que yo comparto. Qué suerte tenemos con tu blog,por difundir la gastronomía y un corazón tan Marengo.Gracias malagueña.

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  6. Da igual que haya receta o que no, siempre es un placer pasar por tu rinconcito y leerte, aprender y rememorar , sino lo vivido, lo que nos contaban nuestras madres o abuelas, un besote y buen fin de semana, la dulce Ali

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  7. Querida Toñi, que preciosa entrada, y como me identifico con ella, he disfrutado leyendola como no te puedes imaginar, que recuerdos mas parecidos a los mios, lo del flotador, para ir a la playa, esos ricos chumbos, y esos cokis que por aqui tambien los vendian de esa misma manera, lo que no he tenido tanta suerte de disfrutar de las ricas moras, que son mi locura, pero por este terrono hay muy pocas, y en alguna ocasion que las he podido tomar me han resultado un manjar, estas que te han regalado tus suegros se ven superiores, que pena no estas cerca de ti, que iba a que me invitaras aunque solo fuese a una de ekllas jejeje. Mil besicos cielo y gracias por esta hermosa entrada

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  8. Caramba...que historia más bonita y tan bien contada, que parecia que estaba en tu pueblo
    me ha cautivao

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  9. Los recuerdos de la niñez los explicas tan bien, con tantos detalles que es como estar ahí en ese momento.
    Este tipo de moras son más dulces que las de zarza, pero nunca he cocinado con ellas, siempre las he comido tal cual.
    Besos y buen fin de semana.

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  10. Qué bien escribes y cuentas tus vivencias. Me encantan y me emocionan tus entradas, la de hoy especialmente.
    Te felicito de verdad por los recuerdos tan bonitos que tienes y por lo que yo disfruto con ellos.
    Un beso y feliz fin de semana!!

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  11. Carmen Rosa: Tus recuerdos son los recuerdos de much@s malagueñ@s. Y como siempre me siento super identificada contigo porque nuestros orígenes son los mismos. ¿Sabes que se escribió un libro sobre el Niño de las Moras, creo que lo realizó un nieto suyo. Yo conozco a otro y estaría super orgulloso de leer tu publicación de hoy. Perdona por no pasarme por tu blog durante un tiempo como hubiera sido mi deseo pero he estado super liada, y hoy por fin me he decidido a ponerme otra vez en marcha.

    Felicidades de nuevo Toñi. Espero que tengas unas fantásticas vacaciones y prometo coger más el ordenador y visitarte con la frecuencia que desearía hacerlo.

    Un besazo.

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  12. Hola desde Barcelona!
    Me ha encantado leerte, ha sido un placer, haré ese manojito de boquerones, qué ricos!!! Mi madre los hacía abiertos, que también están muy buenos, cuando los hago no queda ni uno...
    Mis padres eran del Palo, mi abuela (Rosario Palomo Ternero) era prima hermana del Niño de las Moras, se parecían muchísimo.
    Y por parte de mi madre también tengo familia en el Palo que seguro conoces, uno de mis primos se llama Pepe Salguero Muñoz, tenía o tiene, no estoy segura, una barbería en el Palo, es una de las mejores personas que he conocido en mi vida.
    Seguiré leyéndote y aprendiendo un poco de esas deliciosas recetas, que esta catalana tiene el corazón "partío" y con muchas ganas de venir a esta maravillosa tierra a recordar todo lo que me contaban mis padres.
    Un abrazo!!!

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    1. Buenos dias Keti, encantada de tenerte en Mi cocina....gracias por acompañarme. Ante todo debo decirte que Pepe Salguero era cuñado de mi tio Pepe, hermano de mi madre. Una de sus hijas, Antonia me escribe con frecuencia, nos vimos hace poco con toda la familia de los "Cortijeros" ya que murió mi tia Censión. Suelo decir que el mundo es un pañuelo.
      Si en el buscador del blog, pones "El Palo" podrás leer muchas de mis vivencias, de las historias de nuestros mayores, y ante todo los platos tradicionales de nuestra querida tierra.
      Mi cocina, es "Tu cocina".
      Un abrazo.

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    2. Hola Toñi,
      Tú te debes referir a su padre, José Salguero Aranda, que estaba casado con Antonia (hermana de mi madre), los cuales tuvieron cuatro hijos, dos gemelos varones y dos chicos más, uno de ellos es Pepe Salguero, que siguió con la barbería de El Palo.
      Pepe tiene una hija que se llama Rocío Salguero. Es que no me concuerdan los nombres...
      Sea lo que sea, aquí tienes una seguidora más, preparando ya sus próximos platos : ))
      Un abrazo!

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    3. O a lo mejor hablas de Paco Salguero, que él si tiene una hija que se llama Antonia. Qué líoooo :))

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    4. Keti, efectivamente es Paco Salguero....tio de mi prima Antonia Maria y Mari Carmen....

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    5. Pues encantada de haber contactado contigo, dales muchos besos de mi parte.

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  13. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
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