SARDINAS A LA SARTEN
Mi familia materna eran pescadores, ahora que nuestras costumbres están destinadas a perderse me gustaría con esta entrada en "Mi cocina" transmitir una vez más los valores de la vida en la mar.
Aunque muy dura, la mar hizo a mi gente hombres y mujeres reales, trabajadores, personas con unos principios humildes y sencillos, pero a la vez fuertes y generosos.
No trato de hacer de mi blog un diario nostálgico, aunque sí rememorar el tipismo y las costumbres que recuerdo.
Duras y dificiles condiciones de vida, sobre todo en la postguerra, pero fueron personas felices a pesar del duro trabajo; no recuerdo a mi madre sin una sonrisa en sus labios.
Con esta mirada retrospectiva quiero homenajear a mi familia paleña, tanto materna como por parte de mi padre, que de una manera o de otra, directa o indirectamente viviamos del mar, sobre todo a mis tios Pepe y Antonio, los más marengos.
Mi tio Pepe se dedicó gran parte de su vida a la pesca de la sardina, de noche en los sardinales.
Muchas veces las familias de los pescadores se tenían que conformar con el pescado sobrante para su consumo propio (conocida como bastina), por lo que generalmente el pescado era la base de nuestra dieta.
En multitud de ocasiones mi madre las preparaba tal y como indico a continuacion, para mi es un verdadero placer culinario por lo que invito a que las prueben.
En una sarten con aceite de oliva virgen, una vez caliente, colocar las sardinas saladas (al gusto) previamente, tal y como vienen de la pescaderia (no hay que quitarles absolutamente nada).
Dejarlas hacer unos minutos por los dos lados (yo prefiero que no se queden crudas).
Sacarlas de la sartén, añadir el aceite por encima y un buen chorreón de limón.
Un consejo personal a la hora de consumirlas: acompañenlas con una ensalada de lechuga que la deben aliñar con el aceite y el limón de las sardinas y una buena hogaza de pan donde deben colocar la sardina, mojando previamente en la salsita y comer las sardinas con los dedos.
Lo más sabroso: las cabezas (hay que chuparlas bien). Y comerlas con los "deos"
¡¡ Disfrútenlas !!
8 comentarios
Hola Carmen, yo como vivo en un piso y las sardinas hacen tanta olor,las hago en el horno.
ResponderEliminarTodas bien colocadas en una fuente de horno,les pongo la sal un poco de pimienta y aceite (no mucho porque ellas ya sueltan) y las dejo hasta que esten hechas (según gusto).
En un mortero hago una buena picada de ajo,perejil y aceite, y se la pongo por encima.
Así no hacen nada de olor y están buenísimas.
Un abrazo
Yo también vivo en un piso, y unas veces las hago en el horno, y otras en el lavadero (¡lo siento por los vecinos, pero es que si no, no saben igual), y cuando puedo, las como en la playa, o en el campo... Comer sardinas siempre es un lujo, son buenísimas de sabor y para las alud.
ResponderEliminarLas tuyas tienen muy buena pinta.
La familia de mi marido también han sido pescadores, son de Málaga, y conocen bien el mar, y el pescado, y gracias a ellos conozco el pescado, sus cualidades...
Un saludo.
Que buenas estas sardinas! Yo pongo la hogaza de pan y tú las sardinas! OK????
ResponderEliminarBesos!
Buenísimas!! Una receta estupenda. Ya he dicho en alguna ocasión que me encanta el pescado azul; entre ellos el que se lleva la palma es la sardina. Tengo una receta en la que va marinada y queda finísima. En casa, todos los viernes de los meses de verano, solemos hacer sardinada por la noche, nuestra rebanada de pan con tomate y aceite de oliva y una sangria bien fresquita... En la costa, de donde yo soy, siempre ha habido tradición marinera; aunque se va perdiéndo poco a poco, porque ya casi no hay pescadores locales. Aun recuerdo como por las tardes, se vendian las coquinas (una almeja en forma de abanico)en las esquinas de alguna calles, o los lenguados de playa con patatas fritas y berenjena que servian en los chiringuitos... No me extraña que sientas tanto cariño por esas cosas... Las historias que cuentas son preciosas. Un beso!
ResponderEliminarMe gustan las historias reales que nos cuentas porque es cierto que la gente de antes con menos cosas era más feliz que ahora que se tiene de todo y más.
ResponderEliminarHemos veraneado bastantes años en un pueblo pesquero de Tarragona y sé que la vida del mar no es fácil, allí nos decían que eso de quitar las tripas y limpiar tanto las sardinas no debe hacerse.
Seguro que te han quedado de muerte estas sardinas, acompañadas con su rebanada de pan y ensalada.
Besos.
Se me ha hecho la boca agua pensando en esas sardinas, en el pan y en la lechuga. UMmmmmmmm. Carmen Rosa, es una pena, pero cada vez se come menos pescado y lo que se come son filetitos. A mí, el pescado, entero, con cabeza y comiendo con las manos. Así sí que sabe.
ResponderEliminarUn besote
Unas sardinas bien ricas. Un besazo.
ResponderEliminarLástima que seamos tan sensibles con los olores porque unas buenas sardinas están ricas de cualquier manera .
ResponderEliminar¿ las habeis probado hechas al horno sobre una capa de cebolla, con su sal con un picadito de acite limón y perejil?
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.