POLLO ASADO AL ESTILO ¿MALAGUEÑO?
Una época en la que muy pocas personas podían permitirse el lujo de comer pollos asados, ya no sólo por el costo económico que suponía tan plumífero animal.
Independientemente, aunque las casas podía tener un horno de leña como era el caso de la casa de mi abuela, elemento imprescindible sobre todo en las zonas rurales, ya era todo un lujo poder comprar leña o carbón para encenderlo.
A veces, se encontraba situado en la cocina y otras, en una esquina del patio trasero.
Se construían de piedra o adobe, y de forma circular u oval, con una bóveda curva que facilitaba la circulación del aire caliente.
El patio de mi abuela era muy hermoso, de un blanco inmaculado, encalado año tras año, siempre por mi madre que manejaba la caña y la escobilla de blanquear como nadie, con un pequeño corral cerrado donde de vez en cuando se crió algún que otro cerdo o algunas gallinas, en una esquina, al fondo un gran lebrillo lleno siempre de agua limpia calentada por el sol, y muchas macetas que en primavera sobre todo le daban una alegria y olor especial, flores, muchas flores: claveles, geranios, gitanillas, azucenas blancas, begonias, hierbabuena y albahaca. Un poyete con su pila para lavar y un botijo blanco con agua fresquita, siempre rodeado de flores y al fondo en una esquina: el horno, que nunca llegué ver encendido, ni funcionando.
En su casa mi madre no tenía horno.
En los años 70 comenzaron a proliferar en Málaga los establecimientos de ventas de pollos asados, ristras de ellos ensartados, dando vueltas asándose y los clientes haciendo cola a la espera de poder comprarlos y llevarlos a casa.
Esos establecimientos se convirtieron en el lugar preferido para aquellas personas que en días festivos sobre todo “colgaban el delantal”, donde un pollo en un plato de aluminio tapado con cartón, huele que alimenta, con ése olor tan característico que inunda la calle entera y los alrededores de donde se encuentre el establecimiento.
Asar un pollo en “Mi cocina” es normal y habitual, consigo disfrutar no sólo porque huele a ése aroma inconfundible tan peculiar en algunas calles malagueñas y escuchar: Uuummmm, “pollito asao” qué rico !!!!
Esta es la forma más clásica para prepararlo en “Mi cocina”.
Poner dentro del pollo (limpio y vacío totalmente), la piel de un limón, una buena rama de tomillo, una cabeza mediana de ajos cortada por la mitad (dejando incluso la piel) y dos o tres hojas de laurel.
Untar el pollo con manteca de cerdo blanca (en su defecto mantequilla) y salar al gusto.
Ponerlo en una fuente especial para hornear y regar con aceite de oliva virgen.
Meterlo en el horno precalentado a 180º C, en el centro y encendido arriba y abajo (por lo menos en el mio).
Dependiendo del tamaño del animal, una hora y media aproximadamente, dándole la vuelta y regándolo de vez en cuando.
Los últimos minutos encender el grill para dorarlo.
Aconsejo acompañar con patatas a lo pobre, patatas al horno o en puré y menestra de verduras.
¡¡ Buen provecho !!
10 comentarios
Que rico pollo yo tb lo hago igualito , receta de la ex-suegra Malagueña jajaa, un besico solete.
ResponderEliminarQue razón llevas. El pollo era incluso para las navidades. Yo nací y me crié en Alcoy, cuidad industrial, por lo que tener gallinas o huertos, era casi imposible, quito en casi, que no habían.
ResponderEliminarSiempre he envidiado una casita en planta baja y con un patio para poder cultivar cositas y un gallinero o conejero... que se yo, como soñar no cuesta dinero.
Este pollo, a mi me da igual que sea malagueño o no, tiene una pinta espectacular. Creo que me llega hasta el aroma. Rico, rico.
Besazos
Asi se hacian en casi todas las casas, de aquella no habia tantos inventos como ahora, pero estaba muy rico, y era lo mejor que habia en esos tiempos, un beso
ResponderEliminarPróximo método de hacer el pollo que voy a prbar porque tiene una pinta tremendaaaa, qué rico!
ResponderEliminarQue no se pierda esa cocina de nuestras casas! beso
Carmen, que sigo por aquí!!!!
ResponderEliminarYo también prefiero asar el pollo en casa, pero creo que lo hago más malagueño que tu!!... jajjajaja....
En mi casa siempre se había hecho untándolo con manteca y rociado con brandy, aceite de oliva y sal. Nada más, delicioso. Pero cuando vinímos a Nerja por primera vez, como tu bien dices, ese olor por la calle de los pollos asados.. uhmmm... los probamos y desde entonces los hacemos así: con romero, tomllo, hierbabuena, aceite de oliva y vino dulce. Por aquí, vino de Frigiliana. Lo tengo publicado, impresionante!!!!
Y por cierto, tengo que probar el bisque de langostinos. Nunca lo he hecho y tiene que estar delicioso.
Un saludo, Begoña
Carmen Rosa!, que rico pollo!, y que entrañable el comienzo de tu entrada, aquellos tiempos!
ResponderEliminarUn beso bonita
Carmen pásate por mi blog y recoge el premio que mas te guste y si ten gusta alguno mas te lo traes tu te lo mereces. Un beso
ResponderEliminarMi padre siempre comentaba que cuando el era pequeño o jovencito el pollo era para Navidad y poco más, era un lujo, no veas como lo celebraban, los niños de hoy en día tienen tantos alimentos a su alcance que no los disfrutan.
ResponderEliminarSe ve estupendo el pollo así cocinado, me parece qu me llega su aroma.
Besos.
Sencillamente me encanta...no sólo por las recetas que son estupendas y con una pinta impresionante (ya te contaré como me van quedando cuando las haga) sino por los comienzos tan emotivos y culturales; es desde luego una manera distinta de introducirte en el plato a preparar. Magnífico blog...,muchas gracias por todo, un besillo
ResponderEliminarGema
Me encanta el pollo asado, como huele.... ese pollo tuyo tiene que ser un escandalo!!!
ResponderEliminarBesitos.
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.