GAZPACHO DE KIWI CON QUESO FRESCO.
Verde que te quiero verde
verde viento verdes ramas
el barco sobre la mar
el caballo en la montaña.
Verde, que yo te quiero verde. Federico Garcia Lorca.
verde viento verdes ramas
el barco sobre la mar
el caballo en la montaña.
Verde, que yo te quiero verde. Federico Garcia Lorca.
Al
igual que escribía en gran poeta andaluz en su Romance Sonámbulo, verde que te
quiero verde….es el color que yo quiero en mi cocina, donde impera el color
verde.
Casi
sin darme cuenta, con el paso de los años el color madera de mis muebles se ha
ido alegrando con las distintas tonalidades de verde, dándole vida y alegría a
mi cocina.
Aunque
el color verde está íntimamente ligado y se le asocia a la esperanza, con ésa
ilusión sana y positiva, a la felicidad y al bienestar, para mí el color verde
es el color de la naturaleza, con la que tiene una fuerte afinidad.
El
verde es más que un color, es el color de la vida, es el color de lo fresco, de
lo vivo en el sentido más amplio; lo sano es verde, como las sanas hortalizas y
verduras, como los prados en primavera, como los olores de los bosques, de los
pinos, como el verdor de los valles malagueños, como el verde de las hierbas
marinas, las posidóneas; verde suave como las hojas nuevas de los árboles hasta
el verde intenso de los bosques mediterráneos andaluces o el verde grisáceo de
los olivos centenarios.
Verde
como las finas hierbas, romero, laurel, tomillo, yerbabuena y albahaca que
perfuman mi cocina: verde como las manzanas que la adornan.
Esa
cocina que me recuerda la naturaleza….uno de los lugares de la casa donde paso
una gran parte de mi tiempo.
Sí,
mi cocina es verde, verde manzana, verde Nilo, verde mar….verde que te quiero
verde.
Como
verde, aunque en la foto no lo parezca, es el gazpacho-salmorejo-porra que preparé hace unos días especialmente
para nuestros queridos amigos Jose y Marta, a quienes sé que les gusta degustar éste
tipo de aperitivos.
El año pasado ya
les dediqué éste gazpacho de cerezas con ajonjolí.
En ésta ocasión la verde pulpa del kiwi es la gran
protagonista de la receta.
Hay un refrán que dice: "Una imagen vale más que mil palabras". En la entrada de hoy no se cumple en absoluto, la foto al hacerla de noche, con la luz blanca intensa y mis prisas, quedaron grisaceas; así que por favor, lean las palabras y olvidense de las imágenes, usen la imaginación como en un buen libro o mejor aún, animense y prueben ésta exquisitez que les propongo.
Por cierto, ¿sabían que el kiwi es originario de China? El testimonio más antiguo del uso del kiwi,
como planta frutal y ornamental, se remonta a la dinastia Ming en el 1200 a. de C. La primera reseña de su uso como medicinal remite
al 300 a. de C.
El kiwi no tuvo difusión fuera de China hasta mediados
del siglo XX, cuando se desarrolla comercialmente en Nueva Zelanda.
Hoy en día se cultiva sobre todo en el norte de nuestro
país, principalmente
en Galicia y Asturias.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para dos personas:
Medio tomate bien maduro
sin piel ni semillas, un trozo de pimiento verde, un trocito de pepino (pelado dejándole un
poco de piel), un trozo pequeño de cebolla dulce blanca, dos rebanadas de
pan (asentado, del día anterior), vinagre de vino blanco, aceite de oliva
virgen extra (a ser posible malagueño, en ésta ocasión de Riogordo), dos kiwis,
agua y sal.
Para adornar: queso blanco fresco,
trozos de kiwi y sucedáneo de caviar rojo.
Para prepararlo:
En el vaso de la minipimer poner todos
los ingredientes sólidos: tomate, pimiento, pepino, ajo, cebolla, los kiwis
pelados previamente, pan, sal al gusto.
Echar los liquidos: medio vaso de agua,
un chorreoncito de vinagre y un chorreón de aceite de oliva.
Batir durante unos minutos, hasta que la
crema esté bien mezclada, sin grumos.
Probar y rectificar si es necesario de
vinagre y sal. Para rectificar la textura añadir agua o si desean
que la crema sea más espesa añadir más pan.
Guardarlo en el frigorífico hasta el
momento de servir.
Adornar con trozos de kiwi, queso blanco
fresco y una cucharadita de sucedáneo de caviar rojo.
Como habrán podido comprobar la base de
ésta receta es el gazpacho andaluz, pero la textura la preparo como si de una
porra antequerana o salmorejo se tratara.
¡¡ Buen provecho !! Y ya saben mi consejo: si pueden disfruten de Málaga. Feliz verano.
9 comentarios
q maravilla de gazpacho!!! me encanta
ResponderEliminarYo que siempre pensé que gazpacho solo había uno. Lo que se aprende en estos mundos.
ResponderEliminarMuy original y diferente, que bueno se ve.
ResponderEliminarRecetas fresquitas siempre apetecibles!!!
ResponderEliminarCada vez me gustan más los gazpachos y salmorejos con frutas, creo que tenemos un mundo por delante para disfrutar y deleitarnos con estas combinaciones de sabores, este de kiwi es realmente seductor... el color verde me entusiasma en la vida y en la mesa. El poema de Garcia Lorca suena a música y alegria de tu tierra andaluza
ResponderEliminarUnas recetas muy ricas y fresquitas.
ResponderEliminarBesos
Cocinando con montse
esto si que es diseño y elegancia
ResponderEliminarUn saludo
www.sdesabor.blogspot.com
Eres original a más no poder Carmen Rosa, nada mejor que un gazpachito de estas características para aplacar la calor y comer de paso saludablemente.
ResponderEliminarbesines guapetona :)
Que buena pinta y además con tantos sabores diferentes que nunca había imaginado mezclar. Fantástico!!!
ResponderEliminarBuen veranito wapa!!!
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.