HELADO "CARAPINO" (NATA, PIÑONES Y CARAMELO)

Llegaba el mes de Junio, volvía el buen tiempo, días de calor, de poder estar más tiempo en la calle jugando a la caída de la tarde, la fruta del verano, los baños en el mar y la feria, que tenía lugar por San Juan, en el pueblo de mi padre: Alhaurin de la Torre, “el Lugá”, el “alhaurinejo” también llamado Alhaurin “el chico”.
                                    
Por esas fechas cada año pasaba unos días con mis primos, unas vacaciones llenas de juego, de pasear por el campo, de disfrutar de los “carricoches” y de tomar helados, sobre todo con las mellizas Maria y Candi de mi misma edad y de Paqui, unos años mayor que yo a la que estaba muy unida….ella era una persona muy especial que se nos fue demasiado joven y a la que recuerdo con mucho cariño.

En Alhaurin de toda mi familia paterna ya sólo vivía el hermano mayor de mi padre, tito Diego, quien trabajaba como mi padre en la Compañía de Suburbanos.

Era mi tía, su mujer, quien estaba al frente del kiosco de la plaza del pueblo, ayudada por sus hij@s mayores, cuidaba de sus siete hijos y del pequeño negocio, que en invierno aumentada con las castañas asadas y en verano con los helados que artesanalmente preparaban en una de sus dos casas que convirtió en una pequeña fábrica destinada literalmente a la fabricación de tan delicioso menester: heladería.

Nada más entrar por la puerta se percibía el intenso y dulzón aroma a leche hervida, a vainilla, a mantequilla y nata, mientras el incesante y ensordecedor run run de las máquinas heladeras nos acompañaban mientras mi tío nos daba a probar las delicias que con tanto arte y dedicación preparaba. Un arte que con el paso de los años no siguieron ninguno de mis prim@s.

Aunque parezca increíble la provincia malagueña tiene una gran tradición de grandes heladerías…..entre ellas, una situada en una de las preciosas urbanizaciones de Alhaurin de la Torre, concretamente en Retamar, justo a la entrada; es allí, donde comenzó a hacerse famoso éste increíble helado, quizás inspirado en los grandes bosques de pinos piñoneros de la zona, el llamado “Carapino”, sin lugar a dudas, mi helado favorito desde que lo descubrí hace ya muchos años.
                          
La historia de los helados se pierde en el tiempo, aunque dicen que el helado nació, como otras muchas cosas, en China donde el rey Tang (AD 618-97) de Shang, tenía un método para crear mezclas de hielo con leche.

De China pasó a la India, a las culturas persas en el 400 AC en Persia, quienes habian dominado ya la técnica de almacenar hielo dentro de grandes refrigeradores enfriados naturalmente conocidos como ya-chal.

Los primeros “helados” los llamaron en Persia “sherbet” (sharbat, sorbet o sorbete).

Estos almacenes mantenía el hielo recogido durante el invierno o traído de las montañas durante el verano, usando receptores de viento que mantenían el espacio de almacenado subterráneo a bajas temperaturas. El hielo era luego mezclado con azafrán, agua de rosas, de azahar e incluso frutas.

Técnica que con el tiempo usaron igualmente Grecia y la antigua Roma.
Y fue precisamente en la Italia de la baja Edad Media cuando el helado toma carácter de naturaleza en Europa de la mano de Marco Polo, en el siglo XIII, quien al regresar de sus viajes de Oriente trajo las recetas de los helados que habian usado en Asia durante cientos de años.

Hacia 1690, en el sur de Italia, se producían helados fabricados con leche. Fue el siciliano Francesco Procopio dei Coltelli, que en 1686, siguiendo los propósitos de su abuelo, logró crear la primera máquina para hacer helados y abrió en París la primera heladería de la historia, La Procope, donde alcanzó gran fama con sus helados.

Se puede considerar a este establecimiento como la primera heladería existente. se dice que bajo su reinado comenzaron a prepararse los helados de vainilla y de chocolate, más tarde los de nata, etc., para llegar al helado actual.

En Inglaterra, la primeraq receta de helado se publicó en 1718, el libro "Mrs. Mary Eales "Receipts", escrito por la repostera oficial de la reina Ana; en élla se indicaba a los cocineros que llenasen de nata una olla de metal y la colocasen dentro de un cubo con agua de mar helada. La nata, mezclada con frutas, tardaba unas cuatro horas en congelarse.

Con el paso del tiempo, los cocineros aconsejaron remover enérgicamente la nata mientras se enfriaba, a fin de evitar la formación de cristales de hielo, e introdujeron un nuevo ingrediente: el huevo, que daba a la mezcla una textura más rica y suave.

En mi cocina, la historia del helado es intensa en cuanto a su consumo, ya que nos encanta y es nuestro postre favorito....pero en cuanto a prepararlo, es muy corta mi experiencia, de hecho el único que he publicado es el helado de Jazmin (la receta en éste enlace).
                                    
No poseo "heladera" en mi cocina, el procedimiento es artesanal y totalmente manual y para más inri, casi ni experiencia; pero no por ello, el hacer helado es menos gratificante, no sólo el resultado, sino todo lo que conlleva prepararlo.....aunque he de reconocer que me falta mucho camino por recorrer, aprender y probar..... ¡¡ Merece la pena intentarlo !!

¿CÓMO LO HICE?

INGREDIENTES:

200 grms. de nata (especial para montar), un vaso de leche entera, 100 grms. de azúcar glas, una cucharada pequeña de aroma de vainilla, 3 yemas de huevo, una cucharada sopera de miel, 100 grs. de piñones, caramelo liquido (se puede encontrar ya preparado en cualquier supermercado).

LOS PASOS A SEGUIR:

En un cuenco echar las yemas de huevo con un poco más de la mitad del azúcar y batir hasta conseguir que la mezcla esté blanquecina y un poco espumosa.

En una cacerolita echar la leche, la mitad de la nata y la cucharada de miel (la miel ayuda a que el helado no cristalice), remover bien y calentar a fuego medio durante unos minutos, procurando que no llegue a hervir.

Apartar el cazo del fuego y añadir la mezcla de huevo y azúcar, removiendo a fin de que se integren bien todos los ingredientes.

Colocar la cacerola dentro de una olla con agua hirviendo, al baño maria, colocar en el fuego y remover sin parar y sin dejar que rompa a hervir, durante cuatro o cinco minutos, hasta obtener una crema suave.

Retirar la cacerolita del agua hirviendo.

Preparar un recipiente con agua y hielo, colocando la cacerolita con la crema dentro, removiendo a fin de que se enfríe paulatinamente.

En una sartén ligeramente engrasada tostar levemente la mitad de los piñones y agregarlos a la crema, remover bien.

Pasarlo al recipiente donde se vaya a guardar (el consejo es que sea a ser posible un recipiente de aluminio), tapar con papel film y meter en el congelador durante tres horas.

Mientras montar el resto de la nata (deberá estar lo más fría posible, tanto la nata como el recipiente, así montará mejor) con el resto del azúcar glas y reservar en el frigorífico.

Transcurridas las tres horas, sacar el helado del congelador dejando que se ablande un poco, remover bien y añadir la nata montada, removiendo con suaves movimientos envolventes hasta conseguir una mezcla homogénea.
                                   
Volver a tapar con papel film y meter nuevamente en el congelador durante una hora.

Pasado ése tiempo, sacar del congelador y remover para evitar que se cristalice, realizando ésta operación al menos dos o tres veces más.

Una vez terminado éste ciclo…..podrán disfrutar del delicioso “carapino”.
                                        
Para servirlo regar generosamente con caramelo y añadir piñones por encima…..
                              
¡¡ Disfruten de un riquísimo helado casero…..con el sabor de los Montes de Málaga !!

7 comentarios

  1. Me gusta mucho este helado, lo voy hacer pronto.

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  2. Me encantan los helados, pero aun no hice ninguno, y estos dias de calores se van llenando los blog de helados diferentes, es chulisimo este que has hecho, y te aseguro que son los que suelo pedir siempre, ya que los piñones me pierden, un besito preciosa

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  3. Qué bonito intentar reecontrar esos sabores de la infancia con este helado, que para nada se queda atrás con el que probabas de pequeña. Creo que sólo lo he probado este sabor una vez, y mira que he pisado Málaga veces! Es un sabor delicioso y único, y lo mejor encontrar los piñones en cada cucharada :)
    Yo tampoco tengo heladera (aún, jeje) así que me guardo tu receta porque me ha gustado mucho como la has preparado. A ver si me animo a hacerlos caseros de una vez ;) Que lo disfrutes y feliz lunes!!!

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  4. Adoro sorvete!! Achei a preparação super bem explicada e simples!!!
    O resultado ficou ficou de dar água na boca!!!
    Beijos e ótima semana pra ti! =)

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  5. Se nota que llevas tu infancia grabada en el corazón y que fue muy feliz, qué bonito!!
    Un helado que me encantaría probarlo con piñones, tiene que estar muy bueno, claro que a mi me gustan casi todos.
    Besos.

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  6. ¡Qué puntería has tenido con el carapino, Toñi! Es mi helado favorito. A lo mejor en el año me tomo dos, tres o ninguno, depende del año, pero siempre carapino. En Sevilla hay una heladería de merecida fama, Raya, que lo hace. La primera vez que la pisé, hace muchos años, pedí un carapino y me gustó tanto que jamás he probado otro sabor. Gracias por tu blog, del que no cambiaría ni un ápice y por todo lo demás. Por la enorme generosidad de enlazarnos y tenernos tan cerca de Tu Cocina, también. Un abrazo enorme.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
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