LENGUAS DE GATO CON NARANJA Y CHOCOLATE



“Gran ciencia es ser feliz, engendrar alegría, porque sin ella, toda existencia es baldía” (Ramón Pérez de Ayala).

 Siempre he tenido un dicho: ¡¡ Querer es poder !!  Y por regla general, en mi vida, intento ponerla en práctica, aunque debo reconocer que en algunos aspectos de la vida, en muchas ocasiones, es difícil conseguir lo que esta frase indica.

En lo que respecta a la cocina, estoy totalmente convencida por propia experiencia, de que “querer es poder” cuando escucho a alguien decir: ¡¡ Es que no tengo tiempo para cocinar !! 

Y es que no lo puedo evitar, echo mi vista atrás y debo confesar algo que me sucede desde que salí de casa de mis padres con 22 años, llevando mi casa y un trabajo super absorbente que se agudizó aún más cuando tuve mi primer hijo cuatro años más tarde, yo tampoco tenía tiempo para cocinar y hoy en día, después de tantísimos años siento que tampoco tengo tiempo para ello.  Es decir, sí que lo tengo.  

Considero que el tiempo es una excusa, creo que también es importante la motivación, querer comer sano, de aprender, de probar cosas nuevas, en gran medida hacer la cocina divertida y conseguir en gran medida hacer felices a quienes te rodean; que disfruten de la comida alejando a quienes quieres y a una misma de las comidas rápidas como base de la alimentación.    

No hay que olvidar que la comodidad de encontrar platos preparados o precocinados no va unido a salud, ni tan siquiera a calidad.  Alimentos cargados de conservantes, grasas, sal y aditivos y sobre todo la pastelería y la bollería tentación sobre todo para los más pequeños.

Todo ello tiene que ser motivo para encontrar “tiempo”.  Ése tiempo que se encuentra para hacer deporte, ver televisión, ir de compras o para otros menesteres lúdicos.   Tiempo hay que tener claro está si hay que cocinar, también si hay que dormir, quedar con los amigos, salir  de copas, al cine y como no, a trabajar o a buscarse como ganarse la vida; hay que tener tiempo incluso para no hacer absolutamente nada.   Pero sí que tenemos tiempo….tiempo para conseguir aquello que se desea y te haga feliz.  

Aunque no siempre todo el que se necesita.      Es probable que debido al ritmo de vida actual no se puedan permitir cocinar largas horas y comprendo que no para todo el mundo es agradable pasar el tiempo en la cocina…..cuando apetece mucho más despejar la mente y ocupar los ratos libres en menesteres menos trabajosos….sólo hay que hacer un pequeño esfuerzo, sacar un poco de tiempo…..organizarse en la cocina, preparar platos con antelación, reservar algunas horas a la semana para planear un menú y cocinar varios platos e incluso preparar algo rápido y sano.

¡¡ No tengo tiempo para cocinar !!   Pero sí que lo podrán tener si descubren que la cocina es altamente gratificante y nos llena de satisfacciones, tanto la dulce, como la salada.

Cocinar teniendo en mente quién va a degustarlo nos hace implicarnos de una forma especial.  No se trata sólo de buscar la aprobación y los halagos, sino de demostrar que esa persona nos importa, poniendo nuestro cariño en lo que cocinamos y ver que realmente disfrutan de lo que hemos preparado es una sensación fantástica.

Yo saco tiempo, a veces de donde no lo tengo y soy feliz viendo como disfrutan con las cosas que preparo en Mi Cocina.    Incluso, egoístamente hablando, cocinar me permita a desconectar a veces, a descansar mi mente, a recordar, aprender, investigar, experimentar, incluso a meditar y descansar mientras los aromas me despiertan emociones reconfortantes.

En ésta ocasión, para mi marido a quien le encanta el chocolate y la combinación de éste con la naranja.    Para él, éstas crujientes, sanas y deliciosas galletas, unas “lenguas de gato” con naranja y chocolate.

¿Cómo las hice?

 Siguiendo la receta del libro “Con las manos en la masa” (Linda Doeser)

Ingredientes para 30 galletas:
220 grms. de mantequilla, 140 grms. de azúcar glas, una cáscara de naranja rallada, una yema de huevo batida, 2 cucharadas soperas de zumo de naranja, 280 grms. de harina de trigo, una cucharada pequeña de jengibre molido (en polvo), 100 grms. de chocolate negro cortado en trozos pequeños y una cucharadita pequeña de sal.

Los pasos a seguir:

En un cuenco echar la mantequilla a temperatura ambiente, el azúcar y la cáscara de naranja, mezclándolos bien hasta obtener una masa homogénea.

Añadir, sin dejar de batir, la yema de huevo y el zumo.

Incorporar la harina tamizándola, el jengibre y la sal, removiendo continuamente hasta que todos los ingredientes estén debidamente ligados.

Hacer una bola con la masa y envolverla en papel transparente e introducirla en el frigorífico durante una hora aproximadamente.

Precalentar el horno a 190º C.

Sacar la masa del frigorífico e ir formando las galletas en forma alargadas, cortando trozos pequeños y dándoles forma manualmente.

Colocarlas sobre papel de hornear en la bandeja del horno, dejando un poco de espacio entre ellas.

Introducir la bandeja y hornear durante diez o doce minutos (depende del horno), hasta que estén doradas.

Sacar la bandeja y dejar enfriar totalmente las galletas.

En un recipiente resistente a temperaturas elevadas, echar el chocolate y derretirlos al baño maria (introduciendo el recipiente en una cacerola con agua y llevando a ebullición), removiendo de vez en cuando.

Retirar del fuego y esperar que el chocolate esté templado.

Con una brocha de cocina ir pintando un trozo de las galletas, dejándolas enfriar para que solidifique el chocolate (Si gustan, pueden dar el grosor del chocolate que prefieran).

¡¡ Ya están listas…..!!  Crujientes y deliciosas….   

6 comentarios

  1. Hola guapa!
    Cuánta razón en tus palabras! Como dices, en esta vorágine de rutina que tenemos y que nos hace llevar mil cosas para adelante a veces sin saber cómo, nos excusamos en el no tener tiempo para nada. Pero la clave es saber organizarse, proponérselo y ponerse. Y para los que disfrutamos cocinando, nos sirve como via de escape y de desconexión.
    Qué bien te han salido estas lenguas de gato, tu marido habrá quedado encantado ;) Espero que pasárais felices fiestas y te envío un beso gordo!

    ResponderEliminar
  2. Como siempre es un placer venir a visitarte y disfrutar de tus preciosos post ,cuanta razon tienes vivimos a contra reloj queriendo hacer mas cosas de las que podemos y luego pasa lo que pasa que no tenemos tiempo para nada o lo que es peor para lo mas importante.
    A mi la cocina me sirve de relax y desconexion me lleve el tiempo que me lleve siempre tengo tiempo para cocinar.
    Las lenguas de gato te han quedado de relujo para no variar de buena gana me iba a dar cuenta de ellas a tu cocina seguro estan de muerte relentisimaaaaaaa.
    Bicos mil wapisimaaaaaaa.

    ResponderEliminar
  3. Estoy muy de acuerdo con lo que aquí expones, la falta de tiempo a veces es un poco una excusa, hay gente a la que no le gusta demasiado la cocina, yo les aconsejo que empiecen poco a poco y se darán cuenta de como acaban atraídas por las recetas, que prueben y si intentan algo nuevo y la primera vez no les sale que no se desanimen, no somos perfectas y hasta a las que nos gusta cocinar a veces no salen como queremos, es muy desestresante entrar en la cocina, te olvidas un poco de los problemas, luego ya no los ves insalvables. Y el ingredientes que no puede faltar en nuestra cocina es el cariño, pensar mientras haces un plato en lo que van a disfrutar tus comensales no tiene precio.
    Tu marido si que sabe, estas galletas crujientes y con ese poco de chocolate en un extremo están buenísimas, para comerlas lentamente y disfrutarlas.
    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Totalmente de acuerdo Toñi, eso lo sabemos bien las que trabajabamos fuera, pero a mi en particular y como me gusta tanto la cocina y dar de comer a mi familia sanamente, nunca me supuso un trabajo.
    Y tu demuestras que tampoco te cuesta trabajo meterte entre fogones, y con estas galletas nos das una muestra de tu buena cocina, se ven de lujo, seguro que te hicieron la ola, un beso guapa

    ResponderEliminar
  5. A mi me encanta la cocina desde muy pequeña, supongo que lo "mamé" de mi abuela que siempre andaba metida entre sartenes y cacerolas, trabajaba fuera y dentro de casa, en la huerto, cuidando los animales, e incluso salía a veces a la mar con mi abuelo, pero siempre tenía un momento para meterse en la cocina y prepararnos cosas riquisimas. En algunos casos, creo que si es una excusa lo de la falta de tiempo, organizándose bien da tiempo a todo.
    Dile de mi parte a tu marido que tiene un gusto exquisito para las galletas, solo verlas ya entran ganas de comerse media docena jajajaja.

    Besines guapa

    ResponderEliminar
  6. Hola, Toñi. La persona que disfruta cocinando como tú, tiene doble satisfacción, una mientras cociAna y la más gratificante ver a la familia reunida en torno a la mesa. Fantásticas tus lenguas de gato o melindros. Me encantan además de ricos versátiles , nos pueden ser útiles para elaborar diferentes postres.
    Besos, Carmina.
    P. D. Soy una gran despistada. Acabo de ver mi blog justo a la derecha. Gracias Toñi.

    ResponderEliminar

Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.