POLLO AGRIDULCE CON MANGO DE LA AXARQUIA MALAGUEÑA



La cocina parecía respirar por la ventana abierta de par en par, la fresca y suave brisa mueve las cortinas permitiendo ver el limpio cielo azul entre los techos de las casas vecinas.  Con las cortinas flotando, el Sol entraba por ella a raudales y con él los olores de lo que nace cada minuto en las macetas de mi patio.

Ése mismo Sol que penetra por la puerta desde donde los gorriones se acercan a picotear las migajas de pan que dejo caer en el suelo.

El revoloteo del vuelo de los pájaros y su piar se entremezcla con el sonido del extractor, de las cacerolas y el ajetreo de las sartenes que voy moviendo con rapidez sobre el fuego.

Allí, sentado en la mesa, siente el calor de los rayos del Sol que acarician su piel; sus manos iluminadas por la luz llenan la copa de vino, observa los brillantes reflejos en el vidrio de la copa.      

Le miro, me sonríe, le gusta estar en ése rincón donde le llegan los aromas de lo que voy preparando.

Mientras sigue la brisa moviendo lentamente las cortinas de mi ventana, se encuentra abierta y noto el calor del Sol que regala luminosidad a Mi Cocina…ésa cocina que a mí me gusta, que genera felicidad a los mios.

Ése Sol que ilumina mis platos mientras los fotografío rápidamente antes de llegar a la mesa…  

En ésta ocasión he preparado una deliciosa y sorprendente receta oriental, hecha con mango, mangos malagueños madurados al Sol, ése mismo Sol que ilumina Mi Cocina.

Mango de la Axarquia malagueña, una comarca llena de contrastes, una comarca llena de contrastes con elevadas sierras de montañas junto a un paisaje marítimo de tranquilas playas, que la convierten en una región privilegiada no sólo por su clima -considerado el mejor clima de Europa-, sino también por su geografía.   

Con tan solo 1.000 km², la Axarquía es todo un mundo: playas de aguas transparentes, solitarias calas, acantilados, parajes insólitos, pantanos, ríos, sierras de indescriptible belleza, pueblos blancos enclavados en las montañas que conservan un sabor morisco, con calles sinuosas y empinadas custodiadas por casas cuyas paredes encaladas reflejan la luz del sol.   Un lugar maravilloso, único e incomparable donde empezaron a cultivarse en los años 80 productos  subtropicales, principalmente aguacates y mangos.

Los mangos de la Axarquía son de sabor dulce, especial, jugoso y refrescante a la vez, de excelente calidad y su hueso es normalmente pequeño, en general, tienen colores vivos, rojos, verdes, amarillos y tricolores.    

Ése sabor peculiar, exótico y exquisito, y su aroma penetrante, que se aprecian mejor cuando el mango está en su justo punto de maduración, le ha dado luminosidad a ésta receta……

la ha bañado del Sol de la Axarquia malagueña.

¿Cómo la hice?

Ingredientes para dos personas:

Dos cucharadas soperas de aceite de oliva, 5 filetes de pechuga de pollo, un mango de tamaño grande maduro (a ser posible de la Axarquia malagueña), 2 dientes de ajo, una cebolla blanca dulce (tipo cebolleta), un puerro (la parte blanca), una cucharada sopera de vinagre de vino, 2 cucharadas soperas de miel, dos cucharadas soperas de kétchup, una cucharada sopera de harina de maíz, cinco cucharadas soperas de agua, dos cucharadas soperas de salsa de soja y sal.

Los pasos a seguir:

Cortar el pollo y dejarlo macerar en un cuenco con la salsa de soja.

Cortar la cebolla y el puerro en tiras alargadas, machacar los ajos y reservar.

Pelar el mango, cortarlo en rodajas, reservando los trozos más “estéticos” y alargados.

La parte más madura y los trozos menos alargados echarlos en el vaso de una minipimer junto con la miel, el kétchup y el vinagre pasándolo de forma que quede una pasta lo más fina y homogénea posible (si queda muy espesa, añadir una o dos cucharadas soperas de agua).

En una sartén o wok echar el aceite, cuando esté caliente echar los trozos de pollo salteándolos a fuego fuerte durante unos cinco minutos, removiéndolos con frecuencia hasta que estén bien hechos (que no se vean crudos).

Incorporar los ajos machacados y la cebolla y saltear durante dos o tres minutos, añadir los trozos de mango, la mezcla de la salsa agridulce y la harina de maíz previamente diluida en agua.

Remover todos los ingredientes, saltear durante un minuto procurando que la salsa no espese demasiado.

Servir de inmediato, bien caliente.   Acompañar con arroz blanco……….

6 comentarios

  1. El mango es una fruta que me encanta, qué buen sabor le ha de dar a este plato, para comer sin parar ya que las pechugas así quedarán más jugosas.
    Besos.

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  2. Lo que daria yo por estar sentada en esa mesa de tu cocina disfrutando de los aromas de tu cocina , tus macetas en el patio y esos maravillosos rayos de sol que entran por la ventana.
    Nunca he comido asi el pollo pero no dudo lo mas minimo que este de muerte relentisimaaaaaaaa ,esos mangos son toda una delicia yo no he comido unos tan ricos como los que comi cuando estuvimos en Motril ,no dejes de hacer el curd de mango si nunca lo has echo con ellos esta de muerte relenta.
    Como siempre un placer venir a visitar tu cocina y disfrutar leyendo tus maravillosos post.
    Bicos mil y feliz semana wapisimaaaaaaaaa.

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  3. Nunca he probado el pollo con esa mezcla exótica de sabores, pero tal y como lo explicas debe ser exquisito. Y qué descripción más detallada de tu cocina y las sensaciones que en ella sientes. Un saludo

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  4. ¡Muy buenas bonita!
    Me ha resultado muy interesante esta combinación, yo suelo hacer en casa el pollo al limón pero con tu receta me voy animar a cambiar.
    Un abrazo enorme, te deseo un fin de semana maravilloso.
    ;) x

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  5. muy rica receta El pollo agridulce es un plato o aperitivo típico de la gastronomía chino-estadounidense. ha pasado por muchas culturas cada vez mas y mas perfeccionado

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    1. Muchisimas gracias por su visita y su comentario. "Mi Cocina" espero le sea útil y sea "Su Cocina". Saludos.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
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