MORAGA DE SARDINAS A LA MALAGUEÑA


¿Saben? Nací frente al mar, en La Caleta de Málaga, el arrullo de las olas y el olor a salitre acompañaban a los rayos de Sol que llegaban hasta la misma habitación de aquel hospital conocido por todos los malagueños como “18 de Julio”. 

El edificio se levanta aún hoy en día majestuoso, elegante, digno…tal y como lo diseñó el genial arquitecto malagueño, el llamado “Gaudí” malagueño Fernando Guerrero Strachan

Éste notable arquitecto dotó a Málaga del mayor número de monumentos, de edificios con un estilo característico, muy personal e inconfundible. 

Fue en 1920 cuando éste antiguo hospital era proyectado como Hotel Hernan Cortés e inaugurado como el lujoso Hotel Caleta Palace, a la orilla de la mar. 

Tras la toma de Málaga por los Reyes Católicos, la zona comenzó a ser conocida como la Caleta del Marqués, por haber sido en este lugar donde instaló su campamento el Marqués de Vélez durante el asedio. A finales del siglo XVII se realizaron trabajos para allanar el terreno montañoso, con la creación de una vía arbolada, puentes y rotondas y, ya en el siglo XIX se convirtió en un área recreativa para la celebración de romerías y festejos. 

La Caleta comenzó a tomar forma urbana a finales de siglo XIC, cuando fue escogida como zona de residencia de la alta burguesía de la época y empezaron a surgir lujosas villas residenciales que aún forman la tipología edilicia preponderante en la zona.

El lujoso hotel de cinco alturas fue construido abrazado por los arroyos La Caleta, Toquero y El Carnicero, busca y mira al mar; un notable edificio con una fachada de entrantes y salientes, policromías y tejadillos, un referente de la alta sociedad y el incipiente turismo de la ciudad, sobre todo ingleses.

e hotel de lujo pasó a ser “hospital de sangre” durante la guerra y en 1943 a funcionar como hospital convirtiéndose los hermosos salones en sala de maternidad

hasta el año 2007 que fue adquirido para alojar a la Subdelegación del Gobierno en Málaga.  Y durante algunos años de principio de los 90, en los bajos, centro de salud de la zona de El Limonar, donde viví durante quince años.

Desde su inauguración, quienes allí se hospedaban empezaron a quejarse de una extraña visión ¿Un fantasma quizás? ¿Un monstruo o un demonio?. Una historia propia y digna de contar al más puro estilo de “Cuarto Milenio” por el investigador, escritor, siempre enigmático, estudioso del misterio y lo paranormal Iker Jimenez

Cuenta la leyenda que cerrado como hotel y reconvertido en hospital, la historia volvía a repetirse una y otra vez: Una serpiente enorme, gigante, con cabeza humana “visitaba” a los enfermos durante las largas noches. Se erguía ante los moradores del emblemático edificio, amenazante….y durante el día, la bestia mitológica, reinaba en los sótanos que eran sus dominios. 

Esta era la misma visión que tenía los clientes del antiguo hotel. Pensando que esta visión era real barajaron la posibilidad de que la serpiente llegó al hospital desde algún lugar lejano através del curso de los rios. 

Por la zona de La Caleta, El Limonar, Pedregalejo pasan corrientes subterraneas. El lugar ideal para esconderse este reptíl era la morgue situada en el último de los sotanos. La leyenda dice que se alimentaba de restos humanos y salía al exterior causando el terror.

La creencia popular fue creciendo y con ella el temor, siendo la solución rellenar y eliminar los sótanos del edificio con escombro sellándolo por completo.

Quién sabe….igual volvió a la mar. El mar que representa nuestro origen, en él nos reconocemos y a él volvemos, a ésas aguas que nos alimenta, que nos baña, que desde nuestra más remota memoria ha sido el eje de nuestras vidas, de los malagueños, de la gente de la mar. 

Sí, nací en La Caleta, me crié en El Palo y viví durante muchos, muchos años en El Limonar….siempre buscando el mar, intentando oler el aroma del salitre, seguir escuchando el murmullo de las olas y degustando aquellos sabores de antaño, tal y como me inculcaron mis mayores.

El mar, la mar es y será una constante en mi vida.

Hoy nuevamente quiero compartir una receta tradicional marenga, la moraga,

aunque la publiqué en el año 2011 (Pinchando en éste enlace pueden leer la misma receta y la introducción que dediqué a mi abuelo, cuya jábega la Maria del Carmen, está en el Museo Maritimo de Barcelona), vuelvo a publicarla en “Mi Cocina” procurando en ésta ocasión que sea más completa, con un paso a paso y un pequeño video.

Espero les guste.


¿CÓMO LA PREPARO?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:

12 sardinas, un pimiento verde (tipo italiano), un tomate maduro, media cebolla blanca dulce, tres dientes de ajo, medio vaso de vino blanco, medio limón, una cucharada pequeña de pimentón (pimiento molido dulce), una ramita de perejil fresco, sal, aceite de oliva virgen extra.

LOS PASOS A SEGUIR:
Ante todo que las sardinas sean frescas.....

Si es factible que su pescadero les limpie y les prepare las sardinas de cabezas, tripas y espina: estupendo; sino es bien fácil.

Coger la sardina y con unas tijeras cortar la cabeza, justo por encima de las agallas, aguantar la sardina con los dedos pulgar e índice de la mano derecha, meter el dedo índice de la mano izquierda por la barriga y sacar suavemente toda la tripa del pescado.

Empujar con el dedo pulgar sobre la espina, presionando en dirección a la cola con objeto de separar un poco los dos lomos; tirar de la espina con cuidado, rompiéndola a la altura de la cola, de tal forma que queden unidos los dos lomos.

Enjuagar bien los lomos de la sardina para que no queden restos de sangre y pasar los dedos, siempre debajo del grifo, por los lomos a fin de eliminar las escamas de la piel, escurrir y reservar.

Pelar el tomate, enjuagar bien el pimiento y retirar las semillas y pelar los ajos. Picar en trozos pequeños.

En una sartén echar un generoso chorreón de aceite y a fuego medio pochar la verdura durante tres o cuatro minutos.

Con sumo cuidado de que no se quemen, solo que se pochen, ir removiéndo y cuando estén las cebollas transparentes incorporar el pimiento molido, colocar las sardinas sobre el refrito, con la piel hacia arriba, salar al gusto y echar el vino. Llevar a ebullición y dejarlo hervir un minuto.

Espolvorear el perejil picado dejar hacer uno o dos minutos más…..

apartar del fuego, dejar reposar y servir.

Lo propio es hacerla en cazuela de barro, pero en cualquier sartén se puede realizar lógicamente.

Se puede conservar perfectamente en el frigorífico y consumir en días posteriores.

Si quieren hacer más cantidad de sardinas, colocarlas en capas, unas encima de otras a la hora de prepararlas. 

Me gusta colocar el recipiente en el centro de la mesa de Mi Cocina, y que los comensales se sirvan al gusto……

5 comentarios

  1. Vaya no tenía conocimiento de ese hotel/hospital, me ha gustado leer sobre él, me soprende lo de la extraña visión que ya fuera desde el principio como hotel como bien dices un caso para Iker Jimenez jeje, como hospital ya veían una serpiente ya era algo más concreto, una vez sellados los sótanos supuestamente no han habído más visiones? yo fuera serpiente o visión extraña echaría igual a correr jaja, bueno que me lío, las sardinas me gustan mucho, así tienen que estar muy ricas, debo probar,besos

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  2. Me encantan tus historias, lastima que no siempre tenga ocasion de pasar por tu cocina. Hoy "toy malita" y decidí no hacer nada... dedicarme a leer y echar una miradita por aqui.
    Me encanta este tipo de plato, me encanta el pescado... yo tambien nací muy cerca del mar y eso nos marca!!!
    Saluditos

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  3. Vieja receta y prácticamente olvidada en Málaga. Lastima que haya sido sustituida por macarrones o espaguetis. Gracias por recuperarla

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    1. Gracias a Vd. por su comentario, detalles como el suyo hace que merezca la pena seguir publicando "Mi cocina", una cocina ante todo muy malagueña. Saludos

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.