ESPÁRRAGOS VERDES A LA PLANCHA CON JAMÓN Y SALSA DE ROMESCO

Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña
(Miguel de Cervantes).
Asomada a la ventana intento aspirar los aromas del romero y tomillo que crecen en la maceta apoyada entre los cristales y la reja. Buscando el tenue calor de los rayos de sol que me dan en el rostro; cierro mis ojos Intentando retirar de mi mente la melancolía del frio invierno que se deja sentir en cada rincón incluso de mi cocina. Pero no me resisto y miro al azul intenso del cielo que me transportan al añorado verano, cualquier añorado verano.

A lado y lado, las dos hileras de casas que refulgen con un blanco níveo, inmaculado, cegador a veces que pinta la imagen hasta el horizonte de mi vista. En las tejas de barro impregnadas por verdes manchas de musgo comienzan a desperezarse los primeros gorriones en un continuo piar.

Me llega el ladrido de la vieja perrita de uno de los vecinos y alzo la vista hacia su ventana que desde hace décadas, día tras día, continúa con la antigua persiana de plástico, bajada; una cuerda la sujeta a la casi primitiva antena de televisión que ya no funciona, que sirve como punto de reunión a mirlos y tórtolas, desde donde divisan cada patio, cada recoveco de cada casa.

El tiempo parece que no ha pasado en éste rincón de mi cocina, el mismo paisaje, las mismas tejas, las mismas chimeneas que hoy lanzan al aire el humo de la leña quemada; son instantes en los que el mundo que me rodea parece que se ha detenido.       Sin ver, sigo mirando, perdida en mis pensamientos y me doy cuenta que es el mismo tiempo, el mismo entorno, el mismo decorado, nada ha cambiado.

Estoy en mi cocina, el calor y la luz la iluminan, aunque hace frio, es invierno y no puedo salir. Seis, siete, ocho días y me embarga la melancolía, pero me gana la emoción. Me siento acompañada, está conmigo, a mi lado. Miramos los dos al azul del cielo y soñamos, soñamos anhelando el calor del verano, de cualquier verano, el aroma del salitre, el sonido del rumor de las olas.

Mientras, sueño en mi cocina, es ahí donde siento realmente el calor de mi hogar.

Hoy, les animo a preparar un aperitivo fácil, sencillo pero a la vez sabroso, que no dejará indiferente a sus comensales. ESPÁRRAGOS VERDES CON JAMÓN Y SALSA DE ROMESCO.
¿CÓMO LO HICE?

INGREDIENTES:

12 espárragos verdes, 100 grms. de jamón ibérico cortado en finas lonchas, sal maldón y salsa ROMESCU.

INGREDIENTES PARA LA SALSA ROMESCU:

1 tomate maduro, 3 dientes de ajo grandes, 1 rebanada de pan, 15 grms. de almendras crudas tipo marcona, 15 grms. de anacardos (en la receta original se usa avellanas, pero personalmente no puedo tomarlas), 2 ñoras (pimiento rojo seco), medio vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra, 3 cucharadas soperas de vinagre de vino y sal.
LOS PASOS A SEGUIR:

En un cazo con agua poner las ñoras a rehidratar, teniéndolas en remojo durante una o dos horas más o menos (en función del tamaño de las ñoras). Una vez pasado éste tiempo, escurrir bien, quitar las pepitas y con una cucharilla sacar toda la carne adherida a la piel. Reservar.
Rallar el tomate, desechando lógicamente la piel y las semillas. Asar los dientes de ajo, una vez asados pelarlos y reservar la carne.
En una sartén con un chorreón de aceite de oliva virgen extra, freir los frutos secos con cuidado de que no se quemen (amargarían), retirar y en el mismo aceite freir la rebanada de pan.
Incorporar el tomate, los frutos secos fritos, el pan frito, la carne de la ñora, el aceite de oliva virgen extra, el vinagre y un poco de sal en el vaso de la batidora, triturando bien hasta conseguir una mezcla lo más fina posible y homogénea. Rectificar la sal y el vinagre, si fuese necesario, al gusto. 
Echar en un cuenco y reservar.
A continuación cortar los espárragos, desechando la parte más dura. Poner un cazo con agua salando al gusto, a hervir, e introducir los espárragos manteniéndolos unos diez minutos (dependiendo del tamaño y grosor) hasta comprobar que están tiernos. Sacarlos e introducirlos en un cuenco con agua muy fría con hielo.
Colocar una sartén o plancha en el fuego con un pelín de aceite de oliva virgen extra, una vez esté caliente, pasar los espárragos bien escurridos removiendo con cuidado de que no se llegue a partir las puntas, durante uno o dos minutos.
A la hora de servir, echar en el plato el romesco, colocar encima los espárragos, salarlos con sal maldón y colocar encima las lonchas de jamón que se fundirán con el calor residual de los espárragos.
La salsa romesco tengo entendida que es originaria de Tarragona, la tradicional salsa romesco es típica en las calçotadas, las parrilladas de calçots o cebolletas que se han hecho cada vez más populares de la gastronomía de Cataluña, siendo uno de los acompañamientos clásicos de su cocina más tradicional.
Su versatilidad hace que resulte ideal para acompañar no sólo las cebolletas asadas, también una parrillada de verduras; el pescado o la carne al horno, a la plancha o a la brasa; o un arroz o pasta cocidos.

Hoy, les animo a probarlas con espárragos verdes y unas deliciosas lonchas de jamón...
¡¡ Buen provecho !!

4 comentarios

  1. Para los más entendidos hay alguna diferencia entre la auténtica salsa para los calçots y la romesco, pero se parecen mucho y cada uno la hace un poco a su manera como todas las recetas, están muy ricas. Buena idea si no puedes comer avellanas cambiarlas por anacardos, es mejor no ser purista y disfrutar de lo que comemos.
    Esta salsa me encanta y te ha quedado de fábula, pero es que el jamón ibérico y los espárragos también están entre mis alimentos favoritos. Hoy me has dejado con ganas de ir a tu casa y sentarme a tu mesa para disfrutar contigo de estos manjares.
    Besos.

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    1. Algún día, espero que no muy lejano, me digas que vienes a Málaga y podamos disfrutar no sólo de la gastronomía que nos apasiona, sino de ésa amistad y cariño que se va cocinando entre nosotras con el paso de los años. Gracias miles mi querida y admirada Ana...

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  2. Hola Toñi. Muchas gracias por pasarte. Has elevado a los espárragos a otro nivel. La pinta del jamón es estupenda y la salsa romesco está tan buena que yo no dejaría de mojar pan.
    Me llevo la idea.
    Besos.

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    1. Gracias miles mi querida Marisa ¡¡ eres un cielo !! Un placer siempre visitar tu blog.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.