SOPA DE VERDURAS Y MERLUZA
Aún con el alma encogida y roto el corazón sobre todo por las vidas humanas que sin pedir credenciales se llevó la riada impunemente. Ancianos, niños, hombres y mujeres que fueron engullidos por los torbellinos y la fuerza del agua.
Por quienes han perdido todo, por tanto sufrimiento, por ésas imágenes que me han quedado grabadas como una herida en mi recuerdo, durante éstos días, ante la tragedia que sobrepasa en todos los sentidos sobre todo en Valencia como en otros muchos rincones de España.
Hoy 13 de Noviembre, en alerta roja en Málaga y provincia, llueve con fuerza, la oscuridad inunda los cielos malagueños; el día está gris, triste y me hace recordar cada “riá” que he vivido desde mi más tierna niñez.
El cielo se cerró con una negrura inusual, encapotado de un gris plomizo que aunque era media tarde casi anochecía; de fondo se escuchaban las “marejales” rompiendo en el rebalaje de la playa como música de fondo cansina, que acompañaba el soplar del frio viento dando compás a las hojas de los viejos eucaliptos; eran continuos quejidos por el crujir de las frondosas ramas.
A lo lejos se escuchaba el pitido del tren que no tardaría en pasar por las cercanas vías, dándonos también su característico sonido, chu-cu-chu-cu-chuuuuu. Desde las estrechas ventanillas nos miraban al pasar, algunos chiquillos nos decían adiós con la mano; parecían pequeñas figuras borrosas, casi fantasmagóricas a causa del vapor de la chimenea del tren que envolvía los vagones a su paso. Yo miraba por la ventana del comedor que a la vez era entrada de aquella casa mata en la que vivíamos en El Palo.
Mi padre en aquellos años era conductor de autobuses que llegaba a pueblos lejanos, estaba en Periana, un pueblo de la Axarquía del que no podía volver hasta el día siguiente.
Una compuerta de madera colocada con ladrillos en la puerta hacía de barrera para la posible “riá” que siempre, en ésas fechas, inundaban las calles con corrientes de agua de un color marrón arrastrando tierra y piedras de los arroyos.
Aquella barriada marenga, marinera, de gente de la mar de la que nos separaba la vía del tren que era una muralla para las corrientes del agua cuando se derbordaban por las fuertes lluvias los arroyos Jaboneros, el Gálica y la propia Calle del Mar, siempre secos.
Aquel día los rayos eran los que iluminaban nuestra pequeña casa, los estrepitosos truenos nos avisaban del dilubio. Mi madre encendió algunas mariposas sobre el aparador y sobre la mesa, en el centro del comedor, subió con un esfuerzo sobrehumano la cuna. En ella nos puso a mí y a mi hermano (yo tenía seis años, mi hermano dos añitos), ella de pié aguantando la cuna, rezando para sus adentros, implorando para que el agua no sobrepasara la compuerta, nos cantaba canciones para que el miedo no pudiera con nosotros.
Ella no perdió la calma a pesar de la fuerte lluvia, el correr del agua en la calle, el viento moviendo los eucaliptos, el sonido de las olas de la mar, las canciones de mi madre, la llama de las velas quedaron grabados en mi memoria aquella noche de hace 64 años.
Hoy, quiero rendir mi pequeño homenaje con ésta entrada en el blog que voy escribiendo mientras escucho llover intensamente, diluviar, dirigiendo mis pensamientos a todas aquellas personas que a pesar de todo, de su propio sufrimiento, cuidan y protegen a los demás sin pensar en ellos mismos.
Días como hoy, con una nueva Dana sobrecogiendo el corazón de toda la costa mediterránea, especialmente en mi tierra, en Málaga, donde se aconseja quedarse en casa. Animo a cocinar, a preparar una sopa, sencilla y fácil que alimenta no sólo el cuerpo, también el alma.
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES:
Dos trozos de lomo de merluza, una zanahoria, un trozo de calabaza, una rama de apio (la parte blanca, más tierna), espinacas, un puerro (la parte blanca), un pimiendo, media cebolla blanca dulce, un trozo de calabacín, guisantes (chicharos), dos dientes de ajo, un nabo, una patata mediana, un tomate maduro mediano, sal, un litro y medio de agua, medio vaso pequeño de aceite de oliva virgen extra y hierbabuena.
Las cantidades de las verduras irá en función del gusto del consumidor.
LOS PASOS A SEGUIR:
Pelar el tomate y retirar las semillas. Lavar bien todas las verduras, pelar los ajos, la cebolla, el puerro, el nabo y la patata. Picar todos los vegetales en cubos pequeños, reservando por separado. Y las hojas de espinacas en trozos pequeños igualmente.
Desgranar los guisantes.
En una cacerola poner el agua a fuego medio y cocer los trozos de merluza durante quince minutos.
En el mismo caldo, añadir el aceite de oliva virgen extra, echar la zanahoria, apio, puerro, cebolla, pimiento, tomate, ajo, patata, tomate, calabacin y calabaza dejando cocer a fuego medio durante veinte minutos, hasta comprobar que están tiernas las verduras más duras. Y salar al gusto.
Incorporar las espinacas junto con los guisantes, retirar la espuma (si fuese necesario) cuando comience nuevamente a hervir y dejar cocer quince minutos aproximadamente. Rectificar de sal si fuese necesario.
Mientras ir desmenuzando la merluza comprobando concienzudamente que no tenga espinas y añadir a la cacerola. Remover bien a fin de que se mezcle el pescado con el resto de los ingredientes y apartar del fuego.
CONSEJO:
Preparar ésta sopa con productos de temporada, de cercanía y merluza fresca (se puede hacer también con rape e incluso con rosada).
Quedará aún más sabrosa si cuecen en el caldo la cabeza y espinas del pescado, colando posteriormente a fin de que quede limpio sin restos de piel ni espinas.
1 comentarios
Ojalá esta dana acabe pronto y no cause más desgracias. Acabo de ver en las noticias como están algunos lugares de la provincia de Málaga y me he acordado de ti, deseo que sigáis bien.
ResponderEliminarQué bien sienta un plato de sopa de verduras, precisamente es lo que he cenado hoy, muy parecida a la tuya, pero sin merluza, que viendo tu receta debe quedar buenísima.
Cuidaros mucho.
Besos.
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.