BRANDADA DE BOQUERONES CON SUS ALBONDIGUILLAS AL ESTILO DEL CHEF JUAN JOSÉ CARMONA
Esta frase proverbial se atribuye a Heráclito, filósofo de la Grecia antigua. En realidad, el mundo que nos rodea, con infinidad de cosas, objetos y fenómenos diferentes, está en movimiento, cambio y desarrollo continuos. Así es; y semejante desdoblamiento, de un todo único, también puede observarse en la sociedad e incluso, todo sea dicho de paso, en nuestras costumbres culinarias.
Pero les puedo asegurar que en mi cocina, la tradición gastronómica tal y como me inculcaron mis mayores permanece, ninguna receta de aquellas que preparaban mi madre y que nos llegó de generación en generación ha cambiado o por lo menos procuro respetar ingredientes y técnicas; pero reconozco que mi pasión por la cultura culinaria hace que fluyan nuevas recetas, nuevas ideas y nuevas propuestas que me enriquecen como ama de casa y me hacen crecer como bloguera gastronómica.
Hoy les animo a preparar, probar y disfrutar de una genialidad que he aprendido de uno de los grandes chefs malagueños, el genial Juan José Carmona, concretamente en su restaurante AVIVA ubicado en los Altos del Higuerón, en Benalmádena. Una BRANDADA DE BOQUERONES, CON ALBONDIGUILLAS DE BOQUERONES.
Lógicamente, lo he preparado con boquerones de Málaga, y hablando de boquerones malagueños, está en la conciencia colectiva propia del vínculo de Málaga con este pescado y viceversa, hasta constituirse como un icono de la ciudad, no en vano, gracias a este pescado les ha ganado su apodo a los propios habitantes de la ciudad, que con orgullo nos suelen llamar “boquerones”.
Los primeros registros del término se remontan al siglo XVII gracias el poeta malagueño, Juan de Ovando. Posteriores definiciones de los diccionarios de la RAE desde finales del s. XVIII aluden a “su gusto delicado, se cogen con mucha abundancia en Málaga”. Múltiples testimonios de poetas y escritores a lo largo del s. XIX elogian su calidad y refrendan su identidad malagueña. Para el granadino Pedro Antonio de Alarcón: “Málaga, patria de los mejores boquerones del mundo” y el ensayista y gastrónomo gaditano, Dionisio Pérez (Post-Thebussem, 1929) dirá: “boquerones no hay más que unos, los que se pescan desde Estepona a Málaga”. De este espécimen, sin duda, el ‘top ten’ han sido los ‘victorianos’, en expresión de Alfonso Canales, esos “alevínes adolescentes que se pescan en torno al ocho de septiembre, festividad de la Virgen de la Victoria”, de ahí su nombre.
La receta que hoy comparto es sin lugar a dudas de las pocas que he probado en un restaurante debiendo confesar que en ése momento, en ése almuerzo, mientras la degustaba mis lágrimas y mis emociones eran difíciles de contener.
Cerraba los ojos y en cada bocado me llegaban los aromas y sabores de mi niñez, de aquel “pescaito” frito hecho manojitos, de cinco en cinco, como si de un abanico se tratara, celestial exquisitez donde primaban las manos expertas de mi madre, con el pescado recién sacado del copo, con harina de trigo finita, el aceite de oliva virgen extra y la sapiencia de saber conservarlo una vez frito.
Apaño o estiramiento, solución o conservación de aquella materia prima que no se podía tirar, ya fueran boquerones, jureles, pijotas, sardinas o pescados grandes como la aguja palá; bien en adobo o en sobrehúsa (o sobreusa). Gloria pura en lo gastronómico, que en ésta ocasión me ha sorprendido: Brandada de boquerones con sus albondiguitas.
Suelo decir que sin tradición no hay innovación; es una frase que me encanta, en definitiva éste blog que escribo desde hace 16 años en definitiva no deja de ser una oda a la cocina tradicional malagueña y más concretamente a las recetas marengas, de la gente de la mar influenciada por mis mayores, jabegotes, marineros y pescaderos desde varias generaciones.
Así que cuando veo que grandes chefs en restaurantes de categoría continúan con la tradición popular, elevando platos humildes, sencillos y lo elevan a alta, altísima gastronomía, me emociona.
Dos lagrimones, con emoción contenida cuando fui hace unas semanas a visitar a un genial chef, que no olvida la tradición gastronómica malagueña, mi admirado Juanjo Carmona,
Y yo, hoy le quiero rendir un homenaje a nuestros mayores, a la tradición popular malagueña y al genial chef Juan José Carmona, quien generosamente me ha indicado los pasos a seguir, sobre todo enseñándome a realizar los “ajos blanqueados”; así que siguiendo sus pasos he preparado “una brandada de boquerones con albondiguillas de boquerones”´
¿CÓMO LO HICE?
INGREDIENTES PARA LAS ALBÓNDIGAS:
150 grms. de boquerones grandes, un huevo, una ramita de perejil fresco, un diente de ajo, un trozo pequeño de cebolla (blanca dulce, tipo cebolleta), sal, pan rallado, medio vaso de leche entera, harina de trigo y aceite de oliva virgen extra para freir.
INGREDIENTES PARA LA BRANDADA:
150 grm.s de boquerones, cuatro dientes de ajo blanqueados, agua, un bote pequeño de nata especial ligera para cocinar, un vaso grande de leche y sal..
LOS PASOS A SEGUIR:
Quitar la cabeza, tripa y espina de boquerones. Enjuagar bien de forma que no queden restos de sangre en la carne de los boquerones. Retirar con sumo cuidado las espinas que quedan insertadas en sus lomos, una a una, con paciencia (éste paso es importante ya que si se encuentran espinas en las albóndigas o en la brandada arruinarían el plato).
Blanquear los ajos para la brandada:
Pelar los ajos. Poner un cazo con agua fría, introducir los ajos y ponerlos al fuego. Cuando el agua comience a hervir sacar los ajos.
Repetir esta operación dos veces más, o sea en total tres siempre poniendo el agua fría y cuando comience a hervir sacar los ajos fuera.
Una vez hecha ésta operación, reservarlos.
Preparar las albondiguillas:
Picar la cebolla, el ajo y el perejil lo más fino posible.
En un cuenco poner la rebanada de pan, la lecha, incorporar el huevo, los trozos de boquerones, cebolla, ajo y perejil. Salar al gusto y mezclar todos los ingredientes a fin de que queden integrados uniformemente.
Ir añadiendo pan rallado hasta conseguir una masa homogénea y no demasiado liquida ni tampoco dura y compacta.
Preparar las albóndigas (que no sean demasiado grandes, más bien pequeñas, como de un bocado) e ir pasándolas por harina.
En un recipiente echar abundante aceite de oliva virgen extra y poner al fuego, una vez comience a humear ir friendo las albóndigas en pequeñas tandas, hasta que estén doradas uniformemente.
Sacar y reservar sobre papel de cocina. Reservar.
Preparar la brandada:
Una vez limpios los boquerones, colocarlos en un plato, cubrirlos completamente de sal y dejarlos curar unos minutos.
Enjuagarlos bien y secarlos.
Poner en un cazo la leche, la nata junto con los dientes de ajo blanqueados y darles un hervor, durante uno o dos minutos.
Pasarlos por la batidora procurando que quede una crema lo más fina posible.
Echar en la cacerola las albóndiguitas, remover bien, dejar hervir a fuego lento durante un minuto, retirar del fuego y servir."Adornar" con unas gotas de aceite de oliva virgen extra y una ramina de perejil.
Y aunque éstos días intento "descansar" de eventos y publicaciones culinarias, no me he podido resistir a compartir ésta receta, animándoles a cocinar.....y a disfrutar de la buena mesa.
¡¡ Sean felices !!
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