ALMEJAS SALTEADAS "CHUPITIRAS DE MALAGA"


He de decir que durante más de 25 años he pasado mi vida en el barrio de la Victoria, uno de los barrios con más solera de mi Málaga, mi empresa estaba allí ubicada, en el barrio de los “chupitiras”, por lo que siento un cariño muy especial por este barrio tan malagueño.

“Chupitira” es un apodo nada peyorativo, con el que se conocía al barrio, que se ha ido quedando olvidado con el paso del tiempo. 

El barrio empezó a existir cuando la ciudad fue creciendo fuera de las murallas musulmanas hacia el norte, donde se encontraba el Santuario de la Patrona de Málaga, la Virgen de la Victoria, ubicado donde los Reyes Católicos establecieron su campamento en el año 1.487 en la reconquista de la ciudad, tras tres duros meses de asedio a los malagueños acabando con casi ocho siglos de dominación árabe del territorio malagueño..

A mediados del siglo XIX, la pequeña burguesia, se fue asentando en sus calles, sobre todo la clase administrativa de Málaga, que tenía que aparentar sobre todo en su forma de vestir y en las casas en las que vivian, aparentando un status social poco o nada real con su economía. 

Ese quiero y no puedo, dicen las historias populares malagueñas que lo conseguían en parte, haciendo las comidas económicas, comidas de pobres, prioritariamente sopas de pan y de almejas, que con el dedo meñique “tieso” chupaban el molusco, con la almeja sorbían el caldo y tiraban la cáscara; por ello el nombre de los “chupa y tira” y como buenos andaluces se redujo a “chupitira”. 

Hoy en dia aún pueden ofrecerle en nuestros merenderos, restaurantes o chiringuitos un plato de “chupitiras”.

Y ninguno más malagueño que estas almejas salteadas. 

Hoy en dia en nuestros mercados podemos encontrar almejas de diferentes puntos de la Peninsula, pero sobre todo italianas. Estas últimas se diferencian al ser grises y la rugosidad de la concha poco marcada y de mayor tamaño que las malagueñas, cuya cáscara son de tonos marrones y las rugosidades más definidas; siendo las de Málaga, más finas y sabrosas al paladar.

¿CÓMO LO HICE?:

INGREDIENTES:

Almejas, perejil picado, dos o tres dientes de ajos troceados (lo más pequeños posible), sal, aceite de oliva virgen extra (a ser posible malagueño), medio vasito de vino blanco (uso fino Montilla-Moriles siguiendo la costumbre familiar).
LOS PASOS A SEGUIR:

Echar las almejas en agua con un buen puñado de sal y dejarlas aproximadamente una hora a fin de que suelten la posible tierra que puedan traer en su interior.


















En una sartén poner un buen chorreón de aceite de oliva virgen y dos dientes de ajo muy picaditos.
Antes de que se lleguen a dorar, añadir las almejas, agregando el medio vaso de vino blanco y un vaso pequeño de agua. Salar al gusto.
 Llevar a ebullición y cuando comiencen a abrirse los moluscos, ir retirándolos con unas pinzas a un plato; así se consigue que la almeja no se cueza demasiado y no pierda su textura ni el sabor.

 Una vez que se hayan abierto la gran mayoría, incorporar el perejil picado.
Volver a echar todas las almejas a la sartén, incluido los jugos que hayan podido soltar en el plato donde se han reservado, remover bien y emplatar.
Consejo para disfrutarlas, tal y como hacemos los malagueños: 


Coger con los dedos indice y pulgar, el meñique bien tieso. Chupar el molusco.

Usar la cáscara a modo de cucharilla para sorber el caldo y tirar la almeja.  Y si tienen un buen trozo de pan al lado, les diré que es un verdadero placer ir mojando trozos de pan.

Disfruten de Málaga. Buen provecho.

13 comentarios

  1. dios me comia yo ahora una tapita de eso sin dudarlo

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  2. A parte de darnos una buenísima receta nos documentas con su historia !!! fantástico.

    Un beso

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  3. Como bien dices, nuestra almeja por su enclave geologico es de las más ricas, por no decir la más, lastima que toda la captura la lleven fuera y tengamos que conformarnos con las de Huelva como mucho.
    Yo tambien las hice el dia del padre y estan pendiente de publicar... siempre ando atrasada!!!!
    Saluditossssssss

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  4. Me gustan mucho estas almejas, lo único que no consigo, es que suelten toda la arena, por lo mucho que las dejo en agua con sal. Por eso prefiero comerlas en algún restaurante, siempre. Tengo muy mala mano con las almejas!

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  5. que buenas esas almejitas mmm...y que cerquita hemos vivido siempre las dos jejeje, hasta hace 8 años que me vien en fuengirola aunque sigo trabajando en Málaga. Lo mismo hasta nos hemos cruzado por esas calles,mientras yo em daba mi paseito en las "piardas" de la Facultad jejejje.
    Besillos de Los Mol

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  6. Qué me gustan unas almejitas salteadas! Tengo que comprar, hace mucho que no las hago! Como buena malagueña recojo el caldito con la concha y me las como como pipas, chupitira! Besitos!

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  7. jajaja de pequeña siempre he oido eso de "pasa más hambre que los del chupitira", jejeje me costó años entender lo que decían.

    Niña, no hay na como un buen plato de chupitira y mojar pan en el caldito ummmm delicioso , aunque a veces cuesta encontrarlas, los mercados están llenos de almejas tristes como yo las llamo, las italianas.

    Ah se me olvidaba aunque aún tenemos la misma edad, yo nací un año antes, así que soy mayor que tu jejeje.

    Besitossss

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  8. Cuando las coma tendré en cuenta tus instrucciones de poner el dedo meñique tieso.
    Siempre aprendemos algo nuevo.
    Besos.

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  9. Me encantan las almejas y esas que tu preparas estan para ponerse y no parar, que ricas!!!
    Por cierto me encanta leer tus recuerdos, son tan entrañables y tan de toda la vida, ains.............

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  10. Hola guapa tu

    es como más me gustan, que ricas,

    mil petonets Susanna

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  11. Deliciosas... como las nuestras no hay ninguna!!!
    Saluditosssssss

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