POLLO AL AJILLO CON VINO MONTILLA



¿Tuvieron en casa de sus padres o en la de quienes leen éstas líneas, aquel para entonces, moderno, casi revolucionador mueble de cocina de los años 60? ¿Lo recuerdan? 
Yo lo guardo en mi memoria.  Mi madre se apuntó a la moda de aquellos años, era blanco y sus puertas de un tono verde muy suave…ya el verde predominaba quizás en la cocina donde hice mis primeros pinitos… ¿quién no tuvo en casa, en los años 60, ésta modernidad?

De las puertas y cajones de aquellas alacenas, salieron los alimentos que a mi generación nos hicieron crecer; era en él, donde se guardaba los paquetes de papel estraza donde “despachaban” legumbres, azúcar, arroz, café y fideos, los suficientes para prácticamente un mes completo.   Pero la puerta central, justo la de al lado de los cajones, ésa era de mi padre e incluso por qué no decirlo también para el uso de mi madre, en cubículo era donde estaban las botellas de vino Montilla.   

Cada cierto tiempo mi padre, con su Seat 600 se desplazaba hasta la cercana provincia de Córdoba, programaba su excursión a Montilla, con sus dos viejas garrafas de verde cristal forradas de mimbre a proveer la despensa con una arroba de aquel vino de color oro viejo encendido, de cálido sabor y penetrante aroma fiel compañero de sus aperitivos e ingrediente insustituible en las recetas de mi madre, ya fuesen sopas o salsas. 

Una arroba vendría a ser un poco más de 16 litros….. De una de las garrafas se rellenaba unas ocho botellas que quedaban celosamente guardadas en la verde fresquera, en la verde y moderna alacena de aquellos años. 

Estoy totalmente convencida de que la gastronomía está muy vinculada al lugar donde se desarrolla, de hecho mi forma de cocinar, la tradicional, la que quizás nombre indebidamente en mi blog “cocina típica malagueña”, la aprendí de mis mayores, de la cultura gastronómica que se fue gestando poco a poco, como resultado de cientos de años de conocimiento y con los productos de la tierra en la que nacimos: Andalucia.    De ahí la tradición en Mi cocina.

Aunque debo contar que no sigo todas las tradiciones de mis mayores.   Una de ellas, el uso del vino Montilla por parte de mi madre: preparar con una cucharada de azúcar, una yema de huevo y dos deditos de vino Montilla un ponche y dárselo en ayunas a mi hermano cuando en aquel entonces contaba diez o doce años.

Pero no, no se asombren y se lleven las manos a la cabeza, sorprendidos y convencidos de que era algo incorrecto, nuestras madres lo hacían con la buena fé de abrir el apetito y alimentar las necesidades propias del crecimiento (mi hermano era muy alto para su edad y quizás lo veía más delgado de lo que ella pensaba que era el peso idóneo para su estatura; de hecho actualmente mide más de dos metros).  

Esta costumbre relacionada con las creencias populares ancestrales, hasta no hace muchas décadas, tanto a los niños como a los ancianos se les proporcionaba para fortalecer el crecimiento e incluso abrir el apetito de los primeros y como tónico vital para los segundos.

Remedios caseros transmitidos de generación en generación, tradición popular que igual en muchos casos sería necesario preservar del olvido; parte de nuestra cultura popular, costumbres, saberes y remedios medicinales de antaño que vivieron nuestros ancestros.

Aunque la receta de hoy no lleva yema de huevo ni azúcar, sí la preparo con vino de Montilla, un vino que al igual que siempre no puede faltar en Mi cocina.

Hace unas semanas Estibaliz Redondo, cordobesa, periodista, creadora y autora de la web gastronómica  Web Gastronómica "Al Salmorejo", escribía y nos deleitaba acerca de la Vendimia Cordobesa Montilla-Moriles… una de las zonas vinícolas andaluzas más destacadas a nivel mundial por la importancia de sus vinos generosos

Un vino dorado, con ése olor y sabor que me trasladan a mi niñez, con él, preparé ésta delicioso receta: pollo al vino Montilla, que haciendo “chup-chup” inundó con su aroma Mi cocina.

¿Lo huelen?

¿Cómo lo hice?

Ingredientes:
Un pollo troceado (con su piel), una cabeza de ajo, dos hojas de laurel, diez granos de pimienta negra, un vaso de caldo de pollo (he usado caldo de puchero), 


dos vasos (de los de agua) de vino Montilla, medio vaso de aceite de oliva virgen extra y sal.
Los pasos a seguir:

En una cacerola plana echar el aceite, cuando esté caliente echar los trozos de pollo, friéndolo unos cinco minutos de forma que se dore uniformemente (cuidando de que no se quemen).

Añadir las hojas de laurel, la pimienta negra y los dientes de ajo (sueltos, enteros y con su piel), dejando freir otros cinco minutos junto con el pollo.

Agregar el vino, llevar a ebullición y dejarlo un minuto a fin de que se evapore el alcohol.

Echar el caldo procurando que se cubre la carne, salar al gusto, dejándolo cocer a fuego lento, dejando un poco destapada la olla, durante unos veinte minutos aproximadamente.



Fácil, rápido….y sabroso.

Acompañar con una buena “sartená” de patatas fritas….


¡¡ Buen provecho !!

12 comentarios

  1. Mes está entrando gana nada más de leerte

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  2. Claro que me acuerdo de los " chineros" como les llamamos por aquí o al menos en mi casa. Mi abuela tenía uno y mi suegra y mi madre otro, casi idénticos. Los recuerdo también blancos con las puertas en tono verde no muy fuerte e incluso tenían las tres la mesa y las sillas de la cocina a juego jajajajajaja. Incluso cuando yo me casé tuve uno también, más moderno, eso sí, en tonos claros y las puertas imitando el color madera, pero vamos...a fin de cuentas " chinero" también. Mira que cabían cosas dentro ¿verdad?, yo recuerdo abrir cualquiera de ellos y ver desde el pan diario hasta la plancha de mi abuela de esas negras que había antes, guardadita en un estante de la parte más baja del mueble jajajajaja. En fin, recuerdos. Pero bonitos, eso si.
    El pollo un éxito seguro en cualquier mesa Toñi, jugoso, sabroso, y además muy fácil de preparar. Con las patatas fritas al lado ¿quien necesita más?.

    Besinessss

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  3. Hooola, Toñi, ese mueble yo lo conocí en casa de mi bisabuela, la madre de mi abuela materna, igualito, verde y blanco. De allí salía el chocolate que ella nos daba cuando íbamos a visitarla. En casa nos encanta el pollo al ajillo, pero nunca usé vino Montilla, habrá que probarlo, un besote guapa, La dulce Ali

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  4. Mmmmmmm, y el pan??? Esta receta es para mojar pan sin parar!!!

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  5. Ese mueble de cocina no faltaba en ninguna casa creo, qué recuerdos!!
    Tampoco debería faltar en nuestro recetario un magnífico plato de pollo, sus aromas han viajado hasta aquí.
    Besos.

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  6. Ese vino le tiene que dar un toque de lujo

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  7. Asi el pollo queda divino, que buen juego da en las casa un pollo, te quedo superior.
    Y claro que recuerdo ese mueble de cocina, el de mi madre era todo blanco, y entraban muchas cosas, era muy practico y duraban muchiiiisimos años, hoy los muebles modernos se estropean rapidisimo..un besito Toñi

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  8. solo hay q ver la foto para ver la pintaza q tiene!!! si es q apetece hincarle el diente ya!!!

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  9. el pollo al ajillo es una receta deliciosa hay pocas cosas que pueden darle tanto sabor a la comida como el ajo hay que tener siempre en cuenta esta receta al momento de comprar un pollo

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