PALODÚ GASTROBAR


“Palodú”….Paloduz, arrazuz, regaliz, orozuz, palo dulce, regalicia, palo de regaliz: es el rizoma de la planta del regaliz. 

Es de la raíz de donde se extrae la esencia de regaliz usada para hacer caramelos y pastillas. El paloduz es por lo tanto la raíz en su estado natural y una vez bien lavada y libre de tierra, podremos empezar a disfrutarla de muchas maneras. La más ?popular? es masticándola lentamente para extraer su jugo.

Era una de las golosinas de mi niñez, aquellos vendedores callejeros que boceaban y vendían por las calles malagueñas las “papas de menta”, el “rico coqui”, el “rico pirulí”, las almencinas…..o el dulcísimo “palodú” que la chiquillería chupaba, masticándola lentamente para extraer su jugo de las duras y dulces raíces.

Quienes me conocen saben que tengo verdadera pasión por mi tierra y por la mar, que en “Mi Cocina” junto con las recetas suelo escribir y describir mis vivencias, mis recuerdos y añoranzas, que Málaga es uno de los temas principales sobre todo en cuanto a gastronomía se refiere.    Málaga, tanto su capital como la provincia no sólo es un lugar donde disfrutar del Sol, de la playa, de sus preciosos pueblos, de parajes naturales sin igual, de sus Valles, Sierras y Serranías, también es lugar con un inmenso patrimonio histórico y artístico. 

Y en los últimos años la gran riqueza artística está en auge en todos los sentidos, nada más hay que tener en cuenta la oferta de Museos que existe en toda Málaga.    Porque Málaga es tierra de artista y Málaga en sí misma es arte.

El arte es todo aquello que nos hace gozar, sentir, disfrutar, emocionar, en definitiva hacernos sentir vivo y en éste sentido, siempre suelo decir que la gastronomía es arte, puro arte.  

Estoy totalmente convencida de que en definitiva un plato es como un lienzo en blanco para un pintor, en el que la obra de un artista, el chef, plasma una creación efímera, pero que en gran medida queda grabada en nuestra memoria y también en el corazón.

Málaga hoy por hoy, se ha convertido en todo un referente turístico también en cuanto a gastronomía se refiere, los apasionados por la buena mesa tienen, un motivo más, para disfrutar de éste lugar que yo denomino “El Paraiso”.

En Málaga capital, concretamente en la zona de Teatinos, dos grandes y jóvenes cocineros, Diego Aguilar y Cristina Cánovas, arropados por un gran equipo de profesionales en sala, realizan verdaderas obras de arte culinarias, haciendo disfrutar, sí, disfrutar y mucho, en su restaurante, en Palodú Gastrobar.

Les conocí personalmente hace tiempo gracias a mi admirada y buena amiga Maria Asenjo,  alma mater de Marbella All Stars, en diferentes eventos gastronómicos de La Costa del Sol y quiero contarles que con su jovialidad, su simpatía y su pasión por la cocina me cautivaron, haciéndome seguidora de sus creaciones, de su trayectoria profesional a través de las redes sociales. (En la foto con dos bellisimas personas y amig@s, una gran chef malagueñaMeme Rodriguez "#Memencanta" y un gran experto en el mundo del pan Antonio, El colmenero de Alhaurin)
 

Pero he de confesar que ( y ahora hablo en plural, también en nombre de mi marido) nos han conquistado literalmente con su forma de cocinar, de entender la gastronomía y sobre todo con sus maravillosas creaciones.

Diego y Cristina tienen en sus genes gastronómicos las enseñanzas de una de las mejores escuelas de hostelería de Málaga, cuna de grandes profesionales: La Cónsula. Al compas de su gran trayectoria profesional, entre ellas la experiencia de haber trabajado en las cocinas de grandes estrellas de la gastronomía como Andoni Luis Aduriz, Albert Adriá o Dani Garcia…..

No quiero parecer prepotente, no es mi intención presumir de mis experiencias, pero sí debo decir que a lo largo de mi vida, de nuestra vida, hemos tenido la suerte y oportunidad (profesional y personal) de viajar por medio mundo y poder degustar la gastronomía de cada lugar, visitando grandes y afamados restaurantes;  quizás por ello, difícilmente me suelen sorprender o puede que yo sea, muchas veces, demasiado exigente en cuanto a restauración se refiere.

Pero hay sitios, restaurantes  que me sorprenden, que me conquistan como éste pequeño y coqueto local malagueño: Palodú Gastrobar.       Ya el nombre del restaurante nos encanta, preside la pared principal del comedor, donde las seis mesas están distribuidas de forma que dan intimidad.  Un espacio sencillo, agradable, tranquilo, elegante y sobre todo acogedor.

A un lado la cocina abierta a la sala, parcialmente visible gracias a unos grandes ventanales, donde se puede ver a los dos grandes artistas, Cristina y Diego, preparar el abanico de delicias que esconde la carta; allí las ponen en marcha, las preparan en el fuego, en las brasas o en los sifones, consiguiendo poner sobre el lienzo de sus platos, en la mesa, verdaderas obras de arte gastronómicas.

Sí, Palodú, nos ha conquistado, no sólo por la profesional de los dos grandes chefs, por el personal que les apoya, por el trato y la gran calidad de su cocina.    Una cocina de autor que no olvida la tradición, llena de matices y sabores originales, con toques tradicionales unida a las tendencias más actuales, la llamada “fusión”.    Una carta de tradición y vanguardia, un festival de platos, lleno de matices, sabores originales, una amplia oferta gastronómica, divertida, innovadora, mimando el producto local, de temporada y km0: una auténtica obra de arte.

No pude dejar de comentar la emoción que me produjo degustar un genial salmonete soasado, que rayaba la perfección: ¡¡ Dos lagrimones caían por mi mejilla literalmente, rememorando la cocina de mis mayores, gente de la mar !!


Sin olvidarme de su pan de cristal acompañado de boquerón al natural (Cristina y Diego, la próxima vez que ponga boquerones en vinagre en mi cocina, lo haré presentándolo de ésa forma, como si ése boquerón malagueño estuviese en el mismo rebalaje, sobre los chinorros de nuestras playas malagueñas…..me hicisteis volver a sentarme en la orillita, oliendo a salitre, escuchaba hasta el rumor de las olas).

Si me lo permiten no voy a describir todas las exquisiteces que en Palodú degustamos, no es mi estilo, no soy lo que en los caminos virtuales se denomina "foodie"; sólo intento compartir una grata experiencia gastronómica personal y contar a quienes siguen mi blog, a quienes les pueda interesar conocer y disfrutar de un restaurante de alta cocina, a precios asequibles, con una magnifica relación calidad-precio, con un trato exquisito en la capital malagueña.    Aunque sí que les dejaré algunas fotos:






Un lugar para volver y disfrutar de la cocina. Así haremos: ¡Volveré, volveremos a Palodú!

Y para quienes quieran saber donde se encuentra, saber más, en éste enlace pueden ir a su web, aunque les indico que: 

Palodú Gastrobar se encuentra en calle Carril del Capitán nº2, en la Zona de Teatinos (Málaga),  frente al Parque del Cine.    Teléfono de reservas: 951 777 101

4 comentarios

  1. Unas bonitas presentaciones, pero lo mejor tiene que ser el sabor, con ingredientes de calidad.
    El palo de regaliz no ha pasado de moda, todavía se vende con su rico sabor es un gran entretenimiento.
    Besos.

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  2. Estoy deseando ir! Tal y como lo describes, no puedo dejar de pensar una escapada. Gracias Toñi, por esta recomendación. Un beso.

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  3. Nunca he comido el palo de regaliz ,pero al leerte como siempre he disfrutado y me he trasladado a tu niñez como se disfrutaba entonces de las cosas ahora los niños no le dan valor a nada ademas de comer cosas que estan llenas de conservantes y colorantes.
    Del restaurante que puedo decir si las fotos enamoran que ya me gustaria estar ams cerca para poder ir a disfrutar de su maravillosa cocina ,te creo y se que lo dices de corazon y sin ser prepotente cuando dices que pocas cocinas te sorprenden despues de todo lo que has viajado y comido ,sin duda habreis disfrutado mucho de esa comida .
    Muchas gracias por compartirlo con quienes te visitamos ,me ha encantado conocer el restaurante.
    Como siempre un placer venir a visitarte he disfrutado mucho leyendote y con las fotos .
    Bicos mil y feliz semana wapisimaaaa-

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  4. Hola, Toñi.Interesante y preciosa entrada como siempre. Los platos hablan por si solos. Me has hecho recordar la cantidad de "chucherías" que disfrutábamos de pequeñas. Cañadú, palodú, palmichas, palmitos, almencinas, acerolos, arcatufas... !qué buenos recuerdos!
    Besos, Carmina.

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Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
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