HIGOS DE LA REINA Y PASAS EN ALMIBAR CON VINO MOSCATEL DE MALAGA
Por San Juan brevas y
por San Pedro las más buenas. Por San Miguel, los higos son miel. (Dicho popular)
Higuera: Árbol de la
familia de las Moráceas, de mediana altura, madera blanca y endeble, látex
amargo y astringente. Tiene hojas grandes, lobuladas, verdes y brillantes por
encima, grises y ásperas por abajo, e insertas en un pedúnculo bastante largo,
flores unisexuales, encerradas en un receptáculo carnoso, piriforme, abierto
por un pequeño orificio apical y que, al madurar, da una infrutescencia, es blando, de gusto dulce,
en cuyo interior, de color encarnado y blanco, se alojan lo que, aparentemente
son semillas pequeñas, pero que en realidad son verdaderos frutos. Aparece
cubierto exteriormente por una piel verdosa, negra o morada, según las diversas
variedades; una masa rica en materias
azucaradas: el conjunto es un fruto carnoso múltiple (sicono): la breva o el
higo.
Añosas y retorcidas
higueras crecen por doquier donde vivo, a veces salvajes en los caminos y en
los campos, medio mimadas en los parques, algunas en los jardines de vecinos y en las urbanizaciones de mi
alrededor; muchas veces dejadas por la mano del hombre hasta que terminando la
primavera comienzan a dar sus frutos.
Las negras brevas son arrancadas de sus
bulbosas ramas viejas, hasta entonces inertes, regalando su dulzura durante un
corto periodo de tiempo. Van pasando los
días del caluroso verano y la hermosa higuera, llena aún de verdor da
nuevamente sus frutos, los higos que nacen de las ramas nuevas.
Y finalizando
Septiembre, los más dulces, los tardíos, sin sombra que les cobije los higos siguen
creciendo, resistiéndose la higuera a entrar en ése largo letargo invernal.
La higuera es un árbol
que siempre ha estado ligado al Mediterráneo y su historia lo demuestra. Las muestras fósiles más antiguas, fueron
encontradas en el Valle del Jordán, se descubrieron higos fosilizados que datan
de 12.000 años antes de nuestra Era, siendo uno de los primeros alimentos
cultivados por el ser humano (más de mil años antes que los cereales).
Éste árbol milenario y sus frutos, están ligados a
los pueblos, a sus historias, raíces y costumbres. Quizás es el árbol que más ha influido en la
historia de la humanidad. ¡¡ Hay tanto
que contar, tanto he leído y aprendido que sería ésta entrada interminable !! Pero sorprendida por tanto, sin tocar sus propiedades incluso farmacéuticas y nutritivas, les cuento que por ejemplo:
El rey Nabucodonosor II los
plantó en los jardines colgantes de Babilonia. El rey Salomón,
de Israel, los alabó con canciones. Los antiguos griegos y romanos dijeron que
los higos eran un regalo del cielo.
En el antiguo
Egipto los higos están presentes en su alimentación, además de consumirse
frescos, secos o asados, se añadían al vino para dotarlo de mayor graduación
alcohólica; además para elaborar panes y como edulcorante.
En tiempos tan lejanos como en el siglo XXV a.C., los
egipcios dieron fama de los higos como alimento exquisito y con ellos
engordaban a patos y ocas para que desarrollaran y atrofiaran el hígado (foie
gras).
La bella
Cleopatra no se escapa de la historia de la higuera ya que ella fue envenenada
por una serpiente aspid que llego en un canasto con higos.
Los judíos
creían que el fruto prohibido del Génesis era el higo, porque
Adán y Eva cubrieron su desnudez con hojas de higuera (no de parra).
Los
griegos consagraban las higueras a Dionisio,
dios de la renovación, cuando se fundaba una ciudad, se plantaba una
higuera; y en las celebraciones dionisíacas de la
Grecia clásica se comían higos.
De la llamada “fruta de los
filósofos”, Cayo Plinio Cecilio Segundo,
más conocido como Plinio el Viejo, en sus escritos “La Historia natural” hace
dos mil años, escribía que existía 29 variedades de higos (hoy se conocen más
de 700: albocor, julia, martinenca, rojal, blanca, blanca llarga, blanca poma,
oriola, hivernesca, bordissot negra, verdal, coll de dama blanca y negra,
porral, polatana, morisca, alcúdia, coa, oriola, cameta, sarraona, porral y un
larguísimo etc.)) e indicaba el botánico romano
que la higuera era el árbol sagrado.
En los
principios de los Juegos Olímpicos, los atletas ganadores eran coronados con
hojas de higueras (símbolo de honor y vigorosidad en la antigua Grecia) y como
premio les entregaban higos para comer.
Los
romanos creían que Rómulo y Remo, míticos fundadores de Roma, fueron
amamantados por una loba bajo la sombra de una higuera. En las festividades del año nuevo romano,
se solían intercambiar higos como regalo y los dulces frutos de la higuera se
empleaban en ceremonias religiosas dirigidas al dios Baco.
Y Apicio (Marcus Gavius Apicius Gastrónomo romano del siglo I d.C.), autor del librodel libro De re coquinaria ya mencionaba entonces la conserva de higos y
el jamón cocido con higos. De hecho en
la antigua Roma a falta de azúcar, se
endulza con miel y con ella, hacían ésta receta, una forma de higos en almíbar,
que se elabora en un lento y paciente proceso, por ebullición repetida de higos
no completamente maduros en almíbar, en dos tiempos, separados por un reposo de
un día, dejando los higos enteros, y conservándolos en el último almíbar de
cocción.
¡¡ He descubierto
quizás, que la receta de hoy, tan malagueña, nos ha llegado de la antigua Roma,
dándole un toque “andalusí” la canela !!
Pero sigo con las historias que me han cautivado:
En India, los
Vedas (Veda es la única fuente de
conocimiento que se posee sobre la India en el período 1.500 al 500 a. C. Se
considera que fueron escritos entre el año 2.500 y el 2.700 a.C, aunque los
hinduístas suponen una antigüedad mucho más lejana). Asocian los frutos de la
higuera a la sensualidad y a la fecundidad, por lo que los denominan “flor de
la mujer” o “flor del placer sexual”. La
higuera aparece
en los himnos de batalla cantados por el pueblo védico hace
3.500 años. Y, 1.500 años antes, apareció en los mitos y el arte de la
civilización del Valle del Indo.
Sidharta
Gautama (Buda), bajo una higuera, obtuvo la iluminación.. Es la higuera denominada el árbol
Bodhi, bello símbolo para el Budismo, también llamado el Gran árbol de
la Vida porque todo lo que es necesario para la paz
duradera puede ser encontrado en sus raíces, tronco, ramas y frutos. Sus raíces son conocidas como las raíces de todas las acciones; tres
raíces son saludables y, así, generan naturalmente frutos
dulces: generosidad, sabiduría y amor. Las otras
tres no lo son, por eso generan naturalmente los frutos
amargos: codicia, odio e ilusión.
La presencia de la higuera es habitual en los cuentos de ´Las mil y una
noches´.
Por cierto, Los primeros europeos que disfrutaron de la sombra de una
higuera fueron Alejandro Magno y sus soldados, quienes llegaron a la India en
326 a. C.
La higuera llegó a América de la mano
de los españoles; Pizarro, con sus propias manos, sembró el primer árbol en
Lima y éste fue una higuera; ordenó que cada familia pudiera sembrar una en sus
hogares siguiendo la costumbre de los monjes católicos (cuando construían un
convento, siempre sembraban una higuera), como señal de ahuyentar a los malos
espiritos. La higuera era llamada “EL
árbol de Dios”.
Es curiosa la historia de que en
Bolivia se cuenta que el mítico guerrillero Ernesto Che Guevara murió un 8 de
Octubre de 1967 y lo mataron sobre una peña, muchos afirman que en ese lugar
apareció una higuera que hasta nuestros días está sembrada y es punto de
peregrinación de muchos turistas, esa quebrada antes llamada Yuro, hoy se llama
"La higuera".
No pretendo aburrirles con más
historias….aunque es interesantísimo saber un poco más sobre las
características de éste maravilloso árbol y sus frutos ¿no creen?; para ello, les dejo
éste enlace, en
él nos dan el consejo del por qué el viejo refrán: por San Miguel, los higos son miel”. Es el momento pues
de disfrutar de éste delicioso fruto: los llamados en Málaga higos de la reina.
Los he preparado siguiendo los pasos del profesor, historiador y escritor
malagueño Fernando Rueda, cuyos libros son todo un referente de la gastronomía
malagueña y ocupan un lugar especial en mi cocina. Una receta ancestral, malagueña, tradicional preparada en almibar con pasas y vinos moscatel.
Aún están a tiempo
de disfrutarlos.
¿Cómo lo hice?
Ingredientes para
dos personas:
8 higos, tres
cucharadas soperas bien colmadas de azúcar (yo puse azúcar moreno), una rama de
canela, 12 uvas pasas, medio vaso de agua, medio vaso de vino moscatel de
Málaga.
Los pasos a seguir:
Lavar bien los higos y dejarlos secar sobre papel de cocina.
En una cacerola
echar el agua, el vino moscatel, el azúcar, las pasas y la rama de canela.
Poner al fuego y
llevar a ebullición agregando en ése momento los higos,
dejándolos cocer a fuego lento durante unos diez minutos aproximadamente,
dándoles a media cocción la vuelta con sumo cuidado si el caldo no los cubre, a
fin de que se hagan uniformemente.
(hasta comprobar que los higos estén tiernos y haya reducido el caldo).
Retirar del fuego y
dejar enfriar…
ya sólo queda disfrutarlos y recordar otro sabio y antiguo
refrán:
¡¡ Si no te importa
engordar: ponte de higos a reventar !!
Para todas mis
amigas que éste año no pudimos llevar a cabo un gran proyecto, una gran idea a
la que incluso le pusimos nombre: “Comando Higo”. Intentando probar recetas, conocer no sólo
su historia, sus propiedades, sus orígenes, sino también dar a conocer y poner
en valor éste gran producto que hasta hace unos años, era todo un símbolo también
malagueño . Deseando que el año próximo
podamos llevarlo a cabo. Con cariño
para: Maria Asenjo, Reme Reina, Isa Reina, Mari Angeles Sánchez, Inma (nunca sin sus jeans), Leonor Garcia,
Mónica, Evelyn…..¡¡ va por vosotras !!
9 comentarios
Una manera deliciosa de preparar higos ,tiene muy buena pinta este postre. Un besazo.
ResponderEliminarSiempre es un placer venir a visitarte y descubrir cosas nuevas me encanta leer tus post no hay vez que venga que no me enseñes algo nuevo me ha encantado descubrir tantas cosas sobre este fruto ,en casa nunca falta en conserva como lo hacia mi abuela pero no te quepa la menor duda de que los hare asi tambien no dudo ni un segundo que esten de muerte relenta no lo siguiente.
ResponderEliminarComo siempre receta y fotos son de 20 ponts.
Bicos mil potita mia.
Toda una lección sobre los higos en la historia y no es poca, pues sin duda hemos aprendido mucho.
ResponderEliminarLa receta de hoy es toda una golosina, aunque para comer a poquitos o para acompañar otros platos.
Besos.
Maravillosa receta,sencilla y muy malagueña.Con mis mejores deseos para que en la pro sima cosecha se cumpla tu proyecto.Besos
ResponderEliminarToñi, qué ricos los higos en almíbar, una receta estupenda. A mi me encantan los añogales de otoño y este año están maravillosos, ideales para esta receta.
ResponderEliminarBesos, Carmina.
Waaawwwww que receta tan buenísima, me encantan los higos, con tu permiso me la guardo, pues esta la hago ya mismo.
ResponderEliminarmuy buena información sobre los higos, a pesar de que me gustan tanto, no conocía la historia de los higos.
Gracias Toñi besos Luisi.
Waaawwwww que receta tan buenísima, me encantan los higos, con tu permiso me la guardo, pues esta la hago ya mismo.
ResponderEliminarmuy buena información sobre los higos, a pesar de que me gustan tanto, no conocía la historia de los higos.
Gracias Toñi besos Luisi.
Querida Toñi: espectacular tu publicación sobre la higuera y sus frutos. Me ha encantado y he aprendido mucho. La receta es sencillamente para chuparse los dedos y además facilita.
ResponderEliminarLas higueras para mi tienen un recuerdo fundamental en mi infancia y juventud pues pasábamos los veranos en la Torre de Benagalbón donde había muchas higueras. Ayudábamos a nuestros vecinos que eran agricultores a cogerlos, y recuerdo que envasaban los tomates, patatas, higos, etc siempre debajo de las higueras donde pasábamos muchas horas todos, jóvenes y mayores reunidos. Actualmente siempre que huelo una higuera me da mucha alegría pues es un perfume al que guardo mucho cariño.
Un fuerte abrazo guapaaaaa
Como siempre, no sé discernir qué es más interesante, si la receta en sí o toda la historia que tan amenamente nos narras, haciéndonos de paso un poco más cultos. Gracias.
ResponderEliminarMuchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.