CREMA DE CALABAZA, PATATA Y PUERROS

Los colores son espectros de luz captados por nuestros sentidos que nos permite conocer una realidad.
                                   
¿Se imaginan el mundo sin color? Un amanecer completamente gris, sin los resplandores dorados del Sol, bosques, flores, frutas, animales en tonos que van del blanco al negro, como las imágenes que se veían en aquellas pequeñas pantallas de los televisores de los años 60. ¿Se imaginan un cielo siempre gris en vez de azul y la mar quizás siempre negra?

Probablemente si todo fuese blanco, gris, negro…..si no existieran los colores, nada resaltaría, todo sería monótono, sin emociones, aburrido; los colores, ésas ondas electromagnéticas, pigmentos, descomposición de la luz o como queramos llamarlos, son los que nos hacen la vida más alegre y por supuesto estimulan nuestros sentidos.

No, no me puedo imaginar un mundo pintado de grises, sólo de colores negros o blancos, ni tan siquiera lleno de azules, o de rojos; quizás viviríamos bajo el influjo de las emociones que producen cada color, siguiendo las teorías de la psicología de los colores. ¿Sabían que desde mediados de los años 40, existen estudios psicológicos que demuestran de forma concluyente que los colores puede cambiar el ánimo de una persona, vinculándolo siempre con su actividad cerebral?

Sin darnos cuenta, los colores influyen en nuestro estado de ánimo, en las decisiones que tomamos a diario, actuamos de hecho instintivamente ante los estímulos cromáticos; todo en la vida está regido por el color, no sólo la naturaleza en sí, también la cultura y por ende, como es lógico, también la gastronomía.

Y en ésta época, los colores otoñales, ocres, marrones y naranjas llegan a nuestras cocinas, a nuestras mesas, nos invaden las frutas, verduras y hortalizas de color naranja.
                                                
El otoño para mi es de color naranja, es sinónimo de zanahorias, mangos, naranjas, mandarinas, caquis, de la dulce batata de Málaga, de setas como los deliciosos niscalos, ésa seta de un bonito color naranja (por cierto, adoro las setas) y como no, de la reina de éste mes de Noviembre: la calabaza.
                                              
Sí, hay que reconocerlo, el otoño se llena de colores naranjas, ése color que a mi hijo de pequeño tanto le gustaba, todo, absolutamente todo lo quería de color naranja ¿Por qué le llamaría tanto la atención me preguntaba siempre? Quizás la respuesta la tenía la propia naturaleza.

No hay que olvidar que el color naranja es el color de la diversión, de la sociabilidad y lo alegre, color que ayuda a la concentración, relacionado con los buscadores del conocimiento y la sabiduría. Favorece y aumenta la capacidad de concentración. Simboliza la voluntad, animosidad y los buenos deseos.

El naranja, asociado con la puesta de Sol, con el calor, con el fuego hogareño, cálido; que nos produce sensaciones otoñales, con la visión de las hojas de los árboles cayendo y cubriendo el suelo de los bosques, con los frutos de otoño que nos invita a disfrutar y degustar platos como el que hoy les propongo: una deliciosa crema de calabaza.
                                             
Un color muy relacionado con la comida y el sabor; alimentos naranjas que nos despiertan el apetito ya que relacionamos su sabor con los sabores dulces, agrios y ácidos, no hay que olvidar que el color naranja es la suma del rojo y el amarillo.

Los colores de los alimentos tienen un significado energética y visualmente, de ello no tengo ninguna duda, de hecho he podido leer en cuanto al color naranja que éste indica que son alimentos ricos en beta-caroteno (pro-vitamina A), vitamina C, potasio y ácido fólico, que ayudan al metabolismo a tener una buena visión, mantener una piel sana y reforzar el sistema inmunologico.

Hay un antiguo dicho que nos recuerda que también se come con los ojos, no sólo con los aromas y el sabor, por lo que un plato colorido tiende a ser más apetitoso; hay que usar el color para hacer los platos más divertidos, llenarlos de color que alimenten el cuerpo y llenen el espíritu de energía y alegría. Y ése, no lo olviden es el color naranja.

Un ejemplo de ello es ésta deliciosa, nutritiva y riquísima crema de calabaza. Les animo a prepararla.
                                             
¿CÓMO LA HICE?

INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
                                                           
PARA LA CREMA:

400 grms. de calabaza (ya pelada), una patata mediana, un puerro (la parte blanca), cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra y sal
un litro de caldo de verdura (usé caldo de de verdura con pollo que ya tenía preparado),
                                                          
PARA ACOMPAÑAR:
Pimienta negra, aceite de oliva virgen extra, un huevo cocido y cuatro lonchas de jamón serrano.

LOS PASOS A A SEGUIR:

Pelar y trocear la patata, el puerro y el trozo de calabaza.

En una cacerola echar el aceite y rehogar ligeramente el puerro.

Añadir las patatas y la calabaza

E incorporar a continuación el caldo de verdura y salar al gusto, dejándolo hervir una media hora aproximadamente (hasta comprobar que las patatas y las calabazas están tiernas).

Retirar del fuego y triturar todo con el brazo de la batidora hasta que quede una crema muy fina.
                                              
Servir muy caliente, con huevo y jamón picado, pimienta negra recién molida y un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.
                                              
Pero en éste punto, es donde la imaginación puede empezar a volar, servirla en un plato, en un bol, en un tazón….ya sea a la hora de la comida o la cena, acompañándola con lo que prefieran con virutas de jamón, con trocitos de algas o verduras fritas, con cuscurrones de pan frito o tostado, con semillas de girasol, de ajonjolí, con un huevo poche, lo que quiera… se puede servir añadiendo al final de la cocción, y antes de triturar la crema, unos quesitos, por ejemplo; o bien, e incluso, como he realizado en otras ocasiones en cremas de verduras, enriquecerlas con nata.

Hay donde elegir, cuestión de gustos y sabores.

Estoy totalmente segura que si se animan a prepararla les va a encantar y que les saldrá tan rica como ésta que preparé en “Mi Cocina”.

4 comentarios

  1. Que buen plato, esta crema de calabaza se ve muy buena y con mucho sabor.
    Besoss

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  2. Uummmmmmmmmmmmmm con lo que nos gusta en casa la crema de calabaza ,es mas la hago todo el año ,hoy al salir de trabajar me pare a comprar y tenia intencion de traerme una para hacer crema y no habia ni una .
    Te ha quedado un plato de relujo y seguro que esta de rexupete.
    Como siempre es un placer venir a visitarte y disfrutar con tus maravillosos post.
    Bicos mil potita mia.

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  3. El naranja es un color muy alegre, mi Silestone es de ese color y yo me siento muy a gusto en mi cocina.
    Los bosques también tienen colores preciosos en esta época.
    Me encanta la crema de calabaza, puedes darle toques distintos y siempre está rica y reconfortante.
    Besos.

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  4. Los frutos de otoño me encantan y por supuesto la calabaza. La crema te ha quedado de lo más apetecible, especialmente ahora que parece que se ha ido el calor.
    Besos, Carmina.

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