LASSI DE MANGO Y CARDAMOMO CON HEBRAS DE AZAFRÁN

Caminaba hacia mí, vestido de blanco, su turbante del mismo color y larga barba totalmente canosa le daban un aspecto casi celestial, Él irradiaba una luz especial. Me miraba con una amplia y dulce sonrisa, mientras sus manos unidas, apretadas las alzaba para arriba, hacia su cabeza. Uní mis manos y sin dejar de mirarle a los ojos, realicé el mismo “mudra” en señal de respeto.

Sus seguidores decían que era porque me había reconocido, ya que me ocupé de que todos los trámites de su llegada a Málaga fueran fáciles y cómodos en el Aeropuerto en aquellos primeros años de los 70 del pasado siglo,

Yo aún estoy convencida de que en aquella dulce mirada y cautivadora sonrisa, tal y como creen los hindúes; existió una “chispa” divina que poseemos cada persona, que trasciende nuestro cuerpo y nuestra mente. Aquel humilde saludo, aquel “Mudra” me llegó al corazón, me tocó el alma y logró que sin darme cuenta, se estableciera en mí una verdadera conexión, teniendo la fortuna de que se acordara de mí, de que me regalara su foto firmada enviándome su recuerdo, Él, aquel Maestro erao Mahajarah Charang Singh Ji, 

Lloré cuando dejó éste mundo hace unos 30 años….y a la vez me sentí feliz porque Él, Gurinder Singh Dhillon, nuestro (mio y de mi marido) compañero, amigo, a quien queríamos y queremos estaba destinado a ser su sucesor. Hoy por hoy, no sólo le profeso aquel gran cariño y amistad, también admiración y un profundo respeto.

A Babaji como familiarmente le llaman sus millones de seguidores en todo el mundo, en aquellos primeros años en que le conocí, le decía “qué guapo eres” achuchándole sus mejillas, hoy en día, cuando le veo llego hasta Él   on emoción contenidad, y por supuesto en señal de respeto realizo la costumbre del Charan Sparsh (En la India, las personas tocan los pies de sus hermanos mayores, padres, abuelos, maestros, gurús espirituales y otras personas mayores. Solo los pies de los ancianos y las personas tan respetables son tocados porque a lo largo de su vida, han adquirido muchos conocimientos, experiencias y virtudes, que resultan ser extremadamente poderosos y beneficiosos para los que les muestran respeto y buscan sus bendiciones). Aunque Él pronto me abraza con fuerza transmitiéndome ése cariño y amistad que perdura a pesar del tiempo y la distancia.

Me despido de Él siempre con mis manos unidas, “Namaste”; palabra que llega desde el sánscrito y se traduce como “lo divino dentro de mí, saludo a lo Divino dentro de ti” o “el espíritu dentro de mí, honra y respeta al Tuyo”

Él,  el MAESTRO nuestro “Gugu” es el líder espiritual de la filosofía de Radha Soami Satsang Beas, cuya sede central se encuentra ubicada en Dera, en el Punjab, al norte de India.   Lugar que visitamos invitados por Él, en el año 2000

Desde el año 1971, la cultura de India, su filosofía, incluso parte de sus costumbres fueron siendo parte de mi vida, de mi día a día. Me cautivaba, la belleza de sus rostros, el color de la piel, la forma de hablar moviendo su cabeza de lado a lado, las películas tipo “Bollywood” que no podía entender pero que me iba traduciendo Mrs.Rita (la esposa del dueño de la Empresa en la que trabajé durante más de 30 años de mi vida y que se convirtió en mi familia); su música, sus bailes, los maravillosos saris de todos los colores, su filosofía, los paisajes de India, su historia. Y por supuesto, su gastronomía.

Una de las recetas más representativas del Punjab, es en aquella región del noroeste de India, situada en la frontera con Pakistan donde tiene su origen, también lógicamente de la gastronomía hindú, es el Lassi.

La cocina de un lugar siempre es el reflejo del modo de vida de sus gentes, y la excelencia del suelo agrícola y la calidad de los productos lácteos del Punjab han gozado siempre de un merecido reconocido prestigio. Por eso, no es de extrañar que las bebidas de yogur (Lassi) y platos vegetarianos con paneer (queso fresco) y muchas de las recetas de la repostería india más conocidas tengan sus orígenes justamente en este ambiente rural.

El Lassi es uno de los refrescos dulces preferidos en los meses de verano, especialmente éste LASSI DE MANGO Y CARDAMOMO 

ya que es en ésta época cuando los mangos malagueños, los de la Axarquía de Málaga, concretamente de la Finca Vida, de mis "jefes-familia", los Sres. Balani, que se recolectan en su punto de maduración idónea. Del árbol a nuestras mesas.

Me gusta servirlo bien frio. Aunque en realidad, un Lassi puede consumirse de múltiples formas, es tremendamente versátil, puede ser dulce con cualquier fruta o salado y se sirve para acompañar la comida, especialmente si ésta es picante, pues es sabido que, además de contribuir a una buena digestión, los lácteos suavizan el vigor de los chiles y de otras especias de la gastronomía de India a las que algunos paladares no están acostumbrados.

En India, el lassi se realiza en una antigua máquina de percolación que se usa para filtrar y hacer yogur llamada Madhani y se sirve en ollas de barro conocidas como Matkas.

En “Mi Cocina” dependiendo si lo uso para postre lo sirvo en cuenco, con trozos de mango

Y en cambio si es para acompañar una comida salada, prefiero ponerlo en vaso.

Sea como fuere, les animo a viajar gastronómicamente a India, al Punjab, sin moverse de sus cocinas. Así que les cuento como preparar LASSI DE MANGO CON CARDAMOMO Y AZAFRÁN.

Un yogur blanco, un vaso pequeño de leche entera, un mango grande en su punto de maduración (ni que esté aún verde, ni pasado), diez semillas de cardamomo y azafrán en hebras.

Sacar de las vainas de los cardamomos las pequeñas semillitas negras que hay en su interior. Dejar uno o dos cardamomos enteros. Poner en un mortero, machacar cuidadosamente hasta que queden reducidas a polvo, lo más fino posible.

Pelar el mango, cortarlo en trozos retirando su hueso central. Realizalo sobre un recipiente a fin de aprovechar todo el jugo que suelte. Reservar algunos trocitos, cortados más pequeños para acompañar en la presentación final de la receta.

En el vaso de la batidora echar el yogur, añadir los trozos de mango con todo el jugo que hayan soltado y el cardamomo machacado.

Conforme se vaya batiendo la fruta con el yogur, ir añadiendo la leche hasta conseguir la textura deseada. Lo ideal es que quede como un batido líquido, pero un poco espeso.

Si al batir se produce un poco de aire y se forman burbujas, mejor que mejor.

En éste punto, si desea más dulzor puede añadir azúcar batiendo enérgicamente a fin de que se integre sin notarse los “granitos” de éste ingrediente o bien el yogur azucarado. Personalmente con el dulzor de los mangos malagueños me resulta perfecto su delicado sabor.

Si es como postre, es ideal servir en un cuenco, colocando los trozos de mango en el centro y añadiendo unas hebras de azafrán.

Si por el contrario es para beber acompañando a la comida salada o como refresco, mi consejo es que sea más liquido (añadiéndole más leche o hielo picado) y si gustan, unos cuantos trozos de mango y por supuesto las hebras de azafrán que le aporta aroma, sabor y color.

¿Se animan a probarlo? ¿Me acompañan a India?