CURRY VERDE CON GARBANZOS Y ARROZ
Mi madre recordaba como si de un mal sueño se tratara el horror de la guerra civil, pasó hambre (y mucha) al igual que sus padres y sus hermanos. Su cocina, en sus tres primeras casas desde que se casó con mi padre, siempre fueron pequeñas, pero en ellas nunca faltaba un saco de patatas, ristras de ajos y cebollas, morcillas, chorizos, melones cogidos con cuerdas al techo, para que todo ello colgados en el patio techado o en el lavadero y una alacena donde entraban muchas, pero muchas cosas.
Paquetes de azúcar, garbanzos, lentejas, fideos, arroz…garrafas de aceite, una tinaja de aceitunas “partías y aliñás”, fruta suficiente en cestas de esparto y productos que iba reponiendo cada cierto tiempo conforme se acababan.
Siempre tuve la certeza de que para ésa gran mujer que fue mi madre la tranquilidad consistía en tener la despensa repleta, sin lugares vacíos, no tener la incertidumbre de que no iba a pasar por lo mismo, por el sufrimiento del no tener.
Quizás la falta de alimentos en su cocina le recordaba los peores momentos de su vida. Y por desgracia, hoy, que debido a éstos terribles momentos que nos ha tocado vivir por un “virus” infernal que nos mantiene a todos “confinados” en casa, me acordaba de su cocina y pienso que estamos en tiempos de "guerra", de angustia, de preocupación y como ella, en “Mi Cocina” intento que nada falte en mi despensa.
Mi añorada madre, sin los recursos que hoy tenemos se las arreglaba como podía; ella había pasado por una situación real y dolorosa, no tener qué llevarse a la boca, no poder comprar nada porque no había nada para comprar.
Nosotros hoy podemos salir, aunque bien protegidos o pedir que te traigan los productos a casa a pesar de que no podamos hacer uso de ése gran tesoro: la maravillosa libertad.
Cada vez que abro las puertas de mi despensa, me detengo, respiro y sueño; siento que el mundo exterior aún existe, está allí fuera, que todo volverá a ser como “antes de”y que quizás sólo se ha detenido por pocos, muy pocos días. Mientras, intentemos tener ánimos, fuerza, hay que seguir viviendo y recordemos que todo en poco tiempo será un mal sueño y que cuando pase ésta pesadilla sigamos teniendo la alacena siempre llena.
Ella, mi madre, lo hacía y sin darme cuenta ahora sé que me lo había inculcado; siguiendo su costumbre, me doy cuenta que en mi cocina hay productos no perecederos que me sirven para preparar platos sin tener que salir en todo momento.
Hoy, con unos garbanzos de un puchero, cocidos, los he aprovechado y he preparado ésta receta vegana añadiéndole curry verde thai.
¿Saben? El curry es un condimento originario de India, es una mezcla basada en diferentes especias, denominado también masala, que se utilizan en la cocina hindú y que se extendíó por todo el mundo a partir del siglo XVI a través del comercio. A partir de ése momento, el curry empezó a cocinarse por todo el mundo y cada país, sobre todo en oriente, dio con su propia versión del curry.
En sus orígenes, he podido leer, que el curry era una pasta y no un polvo, ésta premisa sigue viéndose en distintos países, incluyendo lógicamente India y cómo no, en Thailandia donde sus curries son populares y famosos.
Thailandia es uno de los países más famosos por su curry, sus variedades se identifican por su color: el curry rojo, el amarillo y el curry verde.
Hoy yo lo he usado para “reciclar” ésos garbanzos cocidos que quedaron de un buen puchero. ¿Se animan a probarlos?
¿CÓMO LOS HICE?
INGREDIENTES PARA DOS PERSONAS:
300 grms. de garbanzos cocidos (pueden servir los que ya venden en conservas, una vez escurridos), una cucharada pequeña(de café) de jengibre en polvo, un trozo de cebolla blanca dulce (tipo cebolleta), un diente de ajo, cinco granos de pimienta negra, el zumo de un limón, dos cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, una cucharada pequeña (tamaño café) de comino, media cucharada sopera de curry verde (en pasta, lo venden en las tiendas especializadas), 200 ml. de leche de coco, medio calabacín, unas hojas de cilantro, una cucharada pequeña de azúcar y sal.
Para acompañar: arroz y rábanos pequeños.
LOS PASOS A SEGUIR:
En un mortero echar el comino, el ajo previamente pelado y cortado en trozos, la pimienta negra y él jengibre. Machacar bien hasta conseguir una pasta lo más fina posible, añadir el zumo de limón, remover a fin de que se integren todos los ingredientes. Reservar.
Cortar la cebolla y el calabacin en trozos pequeños.
Colocar una sartén en el fuego y echar el aceite, una vez comience a humear incorporar los trozos de cebolla y pochar a fuego lento. Cuando comience a blanquear añadir los trozos de calabacín y remover durante medio minuto e incorporar la pasta de curry verde y seguidamente el “majaillo” de especias.
Incorporar la leche de coco y mezclar bien, llevar a ebullición añadiendo los garbanzos. Echar la sal y el azúcar. Probar y rectificar si fuese necesario y dejar cocer unos cinco minutos .
Mientras cocer el arroz siguiendo las instrucciones del fabricante, con cuidado de que no se pasen.
Lavar el rábanito y cortarlo en rodajas finas.
Para el emplatado colocar en el centro de un plato hondo el arroz, alrededor poner el curry verde con los garbanzos y para finalizar añadir unas hojas de cilantro en trocitos y unas láminas de rábano fresco.
10 comentarios
Precioso y para recapacitar lo que has contado
ResponderEliminarY nada mejor para dar ejemplo que la rica recta con ese toque exótico del curry¡¡¡
Cuídate y muchos besitos¡¡
Muchisimas gracias por tus palabras. Un abrazo y cuidate mucho.
EliminarCierto es que a nuestros padres y abuelos les tocó vivir unas épocas difíciles, donde muchos pasaron hambre. Hoy en día nos gusta tener la despensa llena de diversos ingredientes muchas veces por si acaso, pero creo que nunca se nos ocurrió pensar que podría pasar algo como lo que estamos viviendo y que deseo igual que todo el mundo que pase pronto.
ResponderEliminarLos currys me encantan, aunque del verde no tengo, va a ser uno de mis pendientes el día que esto termine. Se ve un plato buenísimo Toñi.
Cuidaros mucho. Besos.
Una dificil y dura experiencia la nuestra, para contar a nuestros niet@s. Esperemos que podamos salir de ella sin mucho sufrimiento.
EliminarEn casa, sobre todo a mi, nos gusta muchisimo el curry. Éste en concreto pica un pelín, pero te aseguro que se pasa enseguida, tiene un sabor delicioso. Te animo a que compres la pasta, se encuentra en tiendas especializadas. Te sorprenderá.
Cuidaros también en casa Ana. Un abrazo.
Si, Toñi. Quién nos iba a decir, que tendríamos más tiempo que nunca para cocinar. Eso es lo que nos ha tocado y tenemos que ser consecuentes y permanecer en casa, hasta que pase esta pesadilla.
ResponderEliminarMuy ricos esos garbanzos al curry verde, completo y de aprovechamiento, no se puede pedir más.
Besos y cuídate mucho.
Gracias mi querida y admirada Carmina por tu visita y tus siempre cariñosas palabras. Como tu bien dices hay que ser consecuente y solidario, hoy más que nunca.
EliminarMe alegra saber que te gusta la receta.
Un fuerte abrazo y cuidate tu también. Ganas de verte.
Tus relatos siempre me transportan, siempre me hacen ir hasta la época que nombras..., las despensas, ¡qué de historia han vivido!, mi abuela también tenía siempre la despensa llena, niña de la guerra, que por suerte no tuvo que sufrir mucho, pero seguro que también pasaron hambre...
ResponderEliminarA mi ahora también me da tranquilidad ver mi despensa llena, pero a la vez tristeza por todas esas personas que no tienen la suerte de estar cobijados...
Son sentimientos tristes, amargos, contradictorios..., no sé...
En fin, a ver cómo acabamos, ¡aunque estoy segura de que bien! :)
Me ha gustado mucho tu receta, el curry verde no lo he probado nunca, a ver si cuando se acabe todo esto lo encuentro y lo preparo.
Un abrazo bien fuerte!
Les tocó a nuestros mayores sufrir muchisimo, no tener la posibilidad de comer porque no había qué comer. Hoy en día menos mal que por lo menos en ésta horrorosa "guerra" podemos ir al super. Pero como tu bien dices, si sigue, muchas personas no podrán comprar por no tener ingresos. Es horroroso. Yo también siento tristeza, preocupación, miedo.....
EliminarNo dudes en comprarlo, pica....pero es soportable. Te encantará.
Un fuerte abrazo.
Hola Toñi, mi madre pasó la guerra siendo muy pequeña pero ella, quizás inculcada por mi abuela, siempre tenía de todo en casa, vreo que si hubiera pasado por esta situación, no tendría que salir en tres meses a comprar. Hasta me hace gracia pensarlo. Yo también soy un poco exagerada, ja ja ja. Yo diría que somo previsoras y que en todo momento pensamos en dar lo mejor a nuestras familias. El plato que nos enseñas hoy no puede ser mejor n estar más bueno, de esos que alimentan el cuerpo y sobre todo el alma. Mil besos y cuídate mucho!!
ResponderEliminarMi madre y mi padre no saldrían tampoco en varios meses. Ésa generación de nuestros mayores vivieron escasez, post-guerra y penurias, por lo que nos inculcaron a ser como ellos: previsores como tu bien dices.
EliminarMe alegra saber que te gustan como a mi, ésas recetas orientales, que nos hacen transportarnos a lugares mágicos, a paises lejanos, sin salir de nuestras cocinas. En gran medida éso también alimenta el cuerpo a través del espíritu.
Besos y cuidate muchisimo.
Muchas gracias por visitar "Mi cocina", por escribir un comentario, lo cual me anima a continuar compartiendo lo que se cuecen por mis fogones y lo valoro enormemente.
Si tiene alguna duda o consulta, indiquelo, contestaré lo antes posible.